—Te ves mal —observó Kane.
—He tenido un día difícil —respondió Rui—. Mi misión fue dura y fallé.
Kane miró de reojo a Rui. —Uf, eso debe ser difícil. Pero, bueno, le pasa a todo el mundo. Ánimo —puso un brazo alrededor del hombro de Rui—. ¿Qué misión elegiste?
—Guardaespaldas —respondió Rui con una sola palabra.
Los ojos de Kane se abrieron de par en par al darse cuenta de por qué Rui se veía tan deprimido y por qué el fallo le había afectado tanto. —...Maldición.
—Sí, fue difícil —Rui suspiró—. Había elegido una misión de guardaespaldas de grado uno, intentando tomar las cosas con calma con una misión fácil para romper el hielo. Resulta que la misión era en realidad de grado cinco, como mínimo —Rui hizo una pausa.
Kane retrocedió con la cabeza en shock. —¿Grado cinco? Esas son solo para misiones que pueden amenazar la vida de los Aprendices Marciales. Tú y yo ni siquiera deberíamos estar autorizados para tomar misiones de ese grado.