—Tres años... —murmuró Valyr para sí mismo, tratando de comprender la cantidad de tiempo que se le había otorgado.
Teniendo en cuenta que solo había estado en el mundo de Veldanyr lo que le parecía unos pocos meses, tres años para él era un tiempo increíblemente largo.
Aún más si iba a dedicar toda esa extensión de tiempo a perfeccionar y pulir su dominio sobre sus habilidades.
—Además, un año equivale a una semana en el mundo exterior —decidió no pensar demasiado en ello el joven, pasando a lo siguiente notable que la voz le había dicho.
En este punto, estaba más o menos seguro de que cuando la voz hablaba sobre el mundo exterior, se refería a las ruinas en las que él y los otros dos estaban.
Con eso, comenzó a pensar cuánto tiempo podría pasar en este lugar antes de que el sol ascendiera en la herencia una vez más.