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—Está bien, ¿están todos presentes? —Elsa miró alrededor y contó a los estudiantes.
Después de confirmar que todos estaban presentes, hizo una señal a un miembro del personal y un gran orbe de cristal, dos veces el tamaño de la palma de un adulto promedio, apareció, junto con varias máquinas.
Arriba, una gran pantalla en la pared frontal mostraba las clasificaciones en tiempo real de las otras clases, ya que la prueba estaba sucediendo al mismo tiempo.
—Los criterios que estamos evaluando son primero, físico —Elsa señaló la máquina que medía la fuerza detrás de los puñetazos.
—Segundo es el maná —luego señaló el gran orbe de cristal.
—Tercero es su mejor golpe, o en palabras simples, su mejor ataque que pueden realizar —Elsa dijo, mirando a sus estudiantes.
—Mediremos la fuerza detrás de su fuerza y los clasificaremos contra los 1000 estudiantes de primer año que se unieron este año. ¿Está todo claro? —preguntó, pero como nadie hizo preguntas, comenzó a llamar nombres.