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En el Desierto Oscuro de Celestria...
Este desierto era conocido por su oscuridad y frío que calaba los huesos, pero hoy un haz de luz intenso rompió sus sombras, desafiando la tristeza habitual. El aire chisporroteaba con la anticipación mientras la atmósfera cambiaba. Anon, una figura envuelta en misterio, avanzó con una velocidad increíble, dejando un rastro de cristales rotos a su paso. Cada paso que daba resonaba con determinación y poder puro.
Una amplia sonrisa adornaba el rostro de Anon mientras cortaba el aire como un lunático desquiciado, sus movimientos eran a la vez graciosos y caóticos. El desierto oscuro temblaba bajo sus pasos atronadores, dando testimonio de su persecución implacable. Sus ojos brillaban con un fuego alimentado por su sed insaciable de victoria. Esta carrera no era solo una competencia; era un campo de batalla donde solo los más fuertes saldrían victoriosos.