—¿Te gusta? Es para el torneo —dijo Maelis mostrando lo que tenía en la mano claramente a Aiden.
Aiden simplemente no podía creer lo que veían sus ojos ya que no pensaba que lo volvería a ver.
—¿Qué? ¿No te gusta? —preguntó Maelis viendo que Aiden no se movía ni decía nada como si estuviera congelado.
Aiden aún no respondía ya que su mente estaba en claro tumulto, preguntándose cómo esto era siquiera remotamente posible.
«¿Por qué está aquí? ¿Cómo es posible?», pensó mirando el objeto que Maelis tenía en sus manos.
«Se ve exactamente como en aquel entonces.»
Luego, mientras pensaba y pensaba, recibió un golpe en la frente.
Al ser golpeado, de repente salió de su proceso de pensamiento y vio que Maelis había sido quien lo había hecho.
—¿Por qué hiciste eso? —dijo llevándose las manos a la frente.
—No te movías, pensé que habías muerto de pie —dijo riendo un poco al decir eso.