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—¿Realmente tienes que llevarme al castillo? —preguntó Aiden, tratando de cambiar la opinión de Mateo.
—Escucha, si no hiciste nada malo, no tienes nada que temer. Es solo la forma en que respondiste a mis preguntas la que encontré bastante extraña —dijo Mateo.
Aiden se mantuvo en silencio ya que no tenía nada más que decir.
Aiden sabía por qué Mateo lo llevaba al castillo. Ahora era el momento de buscar la manera de matarlo antes de llegar al castillo —pensó—. Porque una vez que lleguen allí, la tarea que Aiden tendría que realizar se va a complicar mucho más de lo que estaba antes ya que va a ser sospechoso.
«¿Cómo puedo hacer que se desvíe de la calle principal?», pensó Aiden mientras caminaban actualmente por la calle principal, que estaba rodeada por ambos lados de edificios con gente que observaba lo que sucedía, ya que habían sido despertados por la alarma.
—Mira, parece que atraparon a un criminal —dijo uno de los que estaba viendo a Aiden desde sus casas.