—Sé que quieres resolver todos los problemas por ti mismo, pero es importante confiar en tus amigos y dejar que hagan su trabajo —dijo Terra—. Cuando piensen que necesitan ayuda, la pedirán.
—Tienes razón —dijo Rain mientras se estiraba—. Supongo que estaba pensando demasiado ya que últimamente no ha pasado nada. Era cuestión de tiempo para que algo sucediera, supongo.
—Voy a ir al orfanato otra vez, llámame si pasa algo —dijo Terra y luego se acercó a Rain y le forzó a sonreír con sus dedos—. Si sigues frunciendo el ceño tanto, tendrás arrugas en tus veintes.
Al final, Rain pasó el día en el jardín cuidando a sus niños. No quería dejar a Seara atrás y permitir que se despertara en una casa vacía, después de todo. Aunque, mientras ella le dijo que la despertara para la cena, se despertó al mediodía y almorzó con ellos.
—Voy a hablar con Branden y Esmeralda un rato —declaró Seara.
—Supongo que nosotros también vamos —dijo Rain.