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El plan era simple, según los Dragones.
Kat'erin y Shai'ya estaban posicionadas cerca de una de las pocas puertas de evacuación que tenía la Capital para situaciones como esta. Sus compañeros —los Generales Dragón de refuerzo enviados por los otros Señores Dragón que respaldaban el plan de su Maestro— estaban estacionados también en las demás áreas.
Con esta red de Dragones, iban a asegurarse de que nadie quedara vivo entre los que escapaban de la ciudad incinerada.
—Nunca habría pensado que los humanos podrían ser tan viles. Están arrasando su propia ciudad usando Monstruos… todo por sus propias ambiciones egoístas —murmuró Kat'erin, aunque no mostró nada parecido a remordimiento o lástima mientras hablaba.
Simplemente pura diversión.