Reth se enfrentaba a las filas de jóvenes y fuertes Anima que podrían morir y se obligaba a sí mismo a ser fuerte.
—Gracias por estar dispuestos a asumir esta responsabilidad en defensa de su pueblo —y en mi defensa. ¡Me hacen sentir humilde! Esta mañana parten con mi gratitud, mi admiración y mi aprobación.
—En las horas y días venideros, se enfrentarán al combate. Se enfrentarán al odio y la fealdad. Se enfrentarán a la muerte. Tomarán decisiones y vivirán o morirán por ellas. Formarán recuerdos, algunos de los cuales desearán nunca haber visto. Pero también entrarán en la brecha y, cuando regresen, ensangrentados y cansados, verán los rostros y corazones de aquellos por los que lucharon para salvar.
—No olviden eso, mis Anima. No olviden que cada paso que dan los pone entre alguien más y su muerte. No olviden a los jóvenes que recordarán este día y, ya sea que conozcan su rostro o no, verán el sol porque ustedes se interpusieron para matar al enemigo que los hubiera llevado.