Los años que habían hambreado a Evelyn también habían hecho su cuerpo delgado y fino. Desde los últimos días desde que empezó a alimentarse a veces y hasta sentirse saciada, sus mejillas habían comenzado a recuperar su color.
Por ello, el vestido de color azul real le quedaba muy hermoso a Evelyn en contraste con su pálida piel blanca.
Si uno ignorara la banda negra en su muñeca, parecería no menos que una dama noble.
Su delgada cintura era resaltada inconscientemente y sus ojos verdes tenían la calma e inocencia que rara vez se encontraba en las personas.
Fueron esos mismos ojos los que habían obligado a Regan a salvar a esta chica.
Mientras observaba a la silenciosa Evelyn, quien incluso parecía ligeramente incómoda debido a tantas miradas sobre ella, Regan sintió como si algo se revolviera dentro de su pecho.
Su mano fue inconscientemente hacia allí mientras se preguntaba qué le estaba pasando.
Hubo un deseo repentino de esconderla en otro lugar donde solo él estaría...