```
—Vas a entrenar toda la noche con tu tía Ana hasta que puedas realizar bien la magia de teleportación —Hazel anunció cuando el rostro de Lucía se desmoronó.
Mientras su hermano había heredado más poder de las brujas, ella era más un vampiro. Correr, cazar y escuchar eran sus puntos fuertes pero cuando se trataba de realizar hechizos, ¡simplemente no funcionaban! Y su madre lo sabía muy bien, sin embargo, le había pedido que perfeccionara un hechizo tan fuerte.
Buscó la ayuda de su padre con la mirada, pero antes de que Rafael pudiera hablar, los ojos severos de Hazel lo detuvieron y él suspiró.
—¡Hazel!
—Necesita madurar, Rafael —Hazel respondió mientras lanzaba una mirada estricta a Lucía, quien se achicó y dio un paso atrás.
—Está bien, me aseguraré de que lo aprendas rápido ya que quiero volver con mi esposo por la noche —Ana le guiñó un ojo, pero eso solo hizo que Lucía se estremeciera.