—Limpia tus lágrimas, Damien. Si la tía Isla te ve, se pondrá triste —Julián limpió las brillantes lágrimas de los ojos de su hermano menor. Su mirada cariñosa todavía permanecía.
—Eh... —Damien estuvo de acuerdo, pero no se movió ya que Julián ya estaba limpiando sus lágrimas por él.
—Gracias, hermano mayor —Él sonrió con brillantez una vez que Julián bajó su mano. Luego rió felizmente porque amaba momentos como este con su maravilloso hermano mayor.
—Damien... —Julián de repente llamó y Damien respondió, aún con su sonrisa.
—¿Sí, hermano mayor?