Dos hombres salieron de la tienda, uno que tenía cabello castaño y sonreía al mirarlos, mientras que el otro, que era rubio, tenía un aura distante a su alrededor.
—¡Qué hermoso día para estar bajo el sol! —los dos hombres se colocaron a cada lado de la mujer. Por sus ojos, ambos eran vampiros de sangre pura. El vampiro distante miró a la dama llamada Vivian, quien sonrió de vuelta a él como asegurándole que estaba bien cuando él le lanzó una mirada inquisitiva.
—Buenos días, Señor Nicolás. Duque Leonard —Damien hizo una pequeña reverencia por cortesía. Grace, que aún se recuperaba de la vergüenza de haber sido abofeteada e incapaz de conjurar las palabras adecuadas, inclinó su cabeza.
—Buenos días, Damien —el hombre de cabello rubio, Leonard lo saludó. Luego se giró hacia la chica para preguntarle con voz suave:
— ¿Fue difícil llegar hasta aquí?