Observando a Yu Qianjiang callar a Shangguan Cheng con una sola frase, Chu Tong se sorprendió.
—¡Corten! ¡NG!
La voz de Shi Huan resonó de nuevo con exasperación —¡Qin Muran, te lo he dicho, es adoración y admiración! ¡No es tu enemigo de la familia! ¡Demuestra un poco de profesionalismo!
La cara de Qin Muran enrojeció instantáneamente de ira y vergüenza. Estaba tan enojada que apretó los dientes. ¡Era tan humillante! Después de varios intentos, finalmente terminaron la escena.
Shi Huan se sentó frente a la pantalla y sacudió su cabeza —Olvidémoslo, no puedo ser tan exigente. ¡Démoslo por bueno!
Este comentario casi hizo explotar a Qin Muran. ¿Esto era apenas pasar el trámite?
Después de dos días de rodaje, Qin Muran casi muere de rabia. De hecho, ella y Jiang Xun no tuvieron muchos encuentros. Después de todo, estaban filmando en la villa, y los dos solo tenían dos o tres escenas juntas. Aún así, los pocos encuentros todavía le dejaron a Qin Muran recuerdos desagradables.