Casi una semana pasó desde aquel incidente, y gracias a los elixires que Esther preparó, el águila herida estaba visiblemente mejorando.
Después de tener su cena, Esther apareció dentro de la cámara de Lady Tyra para comprobar el estado del joven águila.
—¿Cómo está él, Tyra? ¿Algún cambio? —preguntó.
Lady Tyra la saludo con cortesía como siempre primero antes de responder —Parece estar recuperándose más rápido de lo esperado. Sus alas estaban rotas y sus costillas fracturadas, así que pensé que tomaría al menos un mes recuperarse con medicina, pero los huesos ya se han reparado por sí solos en solo cuestión de días.
—Eso es sólo para los animales ordinarios —Esther negó con la cabeza—. Este es un cambiaformas, y la sangre que lleva tiene un rastro de divinidad en ella. De hecho, como descendiente de una antigua línea de sangre divina, su curación es bastante lenta. Mi suposición es que su linaje es similar al tuyo, Tyra...