Jiang Yue, tras recibir el medicamento de Wei Ruolan, fue al laboratorio del hospital para probarlo, y Luo Zhelan la siguió como su pequeña sombra.
—No deberías acercarte a esa Wei Ruolan —dijo Luo Zhelan, lo que le valió una sonrisa burlona de la chica.
—Hablas de ella como si no hubieran trabajado juntos durante años —no pudo evitar decir.
—No trabajamos tanto juntos —respondió Luo Zhelan, riendo suavemente—. Su investigación se centra en el cerebro, mientras que yo me dedico más a improvisar medicina de investigación.
No podía recordar nada de la chica porque siempre se había sumergido en el trabajo, ya fuera en la Corporación Luo o en la Organización de Investigación.
Dudaba haberle dicho más de diez frases después de todos estos años, pero sí recuerda que Wei Ruolan intentó hablarle sobre este medicamento.