Lira la observaba atentamente, notando el cambio en su comportamiento.
—Señora, ¿debería incrementar la seguridad? Podría ser una trama de alguien para acercarse a usted.
Yu Holea negó levemente con la cabeza.
—No, Lira. Si alguien quisiera hacerme daño, lo habrían hecho de manera más directa. Esto... Esto es algo más. De todos modos, no es necesario mantener una vigilancia.
—Entendido —respondió Lira, aunque la preocupación se le notaba en el rostro.
Yu Holea la despidió y se sentó en su asiento.
—¿Te gustó el desayuno? —una voz alegre resonó en la Sala de Justicia.
Cuando Yu Holea levantó la cabeza, vio a la Candidata Fénix acercándose. Por un momento se quedó atónita.
La candidata Fénix que conocía era malvada y tenía una personalidad sombría, con planes en sus ojos todo el tiempo. Parecía muy poco confiable y malvada.
Nada parecido a una candidata de la Ciudad de la Diosa.