—Esta era la primera vez que veía tal expresión en el rostro de Qiao Jun y un pensamiento apareció en su mente —murmuró Yue—. «El Maestro se ha enamorado de la Señorita Holea».
—Qiao Jun cerró los ojos, podía oír los pensamientos de Yue, pero no lo regañó como solía hacerlo. De hoy en adelante, no negará sus sentimientos por ella —se extendió en su reflexión—. Qiao Jun no podía explicar qué había se había vuelto Yu Holea para él, pero de una cosa estaba seguro: Que iba a hacerla su esposa, una vez que regresara a la Tierra. Sin embargo, antes de eso, necesita terminar con el desorden frente a él.
—¿Ahora resolveremos cuentas? —planteó Qiao Jun.
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