Como de costumbre, Yu Qi comenzó su mañana con una carrera, y como de costumbre, Aoi la seguía.
—Maestra, ¿a dónde quieres ir después de nuestra rutina de hoy? —le preguntó Aoi mientras empezaban a trotar.
—Quiero ver el invernadero primero. Después de eso, quiero ir al Ryokan para ver a los trabajadores del ryokan. Esta es la primera vez que los vamos a conocer —Yu Qi le explicó a Aoi el plan de hoy.
Estuvieron corriendo un rato hasta que vieron un auto. Bueno, el auto era un modelo un poco lujoso. No prestaban atención al auto, pero la gente dentro del auto estaba prestando atención a Yu Qi y Aoi.
El hombre que estaba sentado en el asiento trasero alcanzó a ver a Yu Qi. —Nunca supe que este pequeño pueblo pudiera tener a este tipo de belleza.
La mujer a su lado hizo pucheros. —¿Qué? ¿No soy una belleza yo también?
El hombre abrazó a la mujer. —No estés celosa. Eres diferente, sin embargo. Aunque, estaría feliz de probarla —El hombre mostró una expresión lujuriosa.