La mirada de Lewis estaba fija en esa última frase, en el nombre y el número de teléfono. «Mi nombre es Keira Olsen...» Sus ojos se abrieron de par en par al recordar de repente lo que Keira le había dicho en el hospital, que cuando era joven, también había salvado a un hermano mayor... ¿Cómo no lo había pensado antes? ¡Quizás ese hermano mayor era él mismo!
En ese momento, Lewis de repente quiso reír, pero no pudo controlar las lágrimas que brotaban de sus ojos, sintiendo como si finalmente hubiera visto la salida a una situación desesperada. Ya no había necesidad de divorcio. ¡Él y Keira finalmente podían estar juntos!