Carol Ellis era despiadada en sus acciones, sin escrúpulos para lograr su propósito, considerando sólo la ganancia inmediata, y no tenía una visión a largo plazo.
Por lo tanto, Mónica Baldwin tenía casi ninguna esperanza de que Carol se dejara persuadir por ella.
En el círculo de Silverton, aunque había luchas abiertas y encubiertas entre las celebridades, nadie era tan audaz como Carol.
Quizás por su exposición a los estilos del inframundo, Carol no se daba cuenta de su tiranía, que era la misma que la del jefe del inframundo del que a menudo hablaba.
Incluso se enfocó en una mujer embarazada, que estaba embarazada de seis meses ni más ni menos.
Aprovechando esta oportunidad, Mónica Baldwin gritó pidiendo ayuda. La gente que pasaba por el Salón de la Reina podría haber oído el grito de Mónica, inmediatamente empujaron la puerta hacia adentro, aun así, al ver tantos guardias de seguridad y a Carol, dudaron un poco y corrieron...