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Punto de vista de Yarin:
Solo algunas personas en la comunidad de hombres lobo aceptaron abrirse. Mucha gente ya estaba acostumbrada a la falsa prosperidad de esconderse en sus conchas, y replicaban con convicción —Ya ha sido así por miles de años, y no ha pasado nada. ¿Acaso va a llegar un desastre cuando quiera? Nunca hemos interferido con los humanos. Si los humanos se atreven a atacarnos, ¿no temen que su gente muera?
Sonaba muy razonable, pero el presente era diferente del pasado. En el pasado, espadas frágiles no se podrían comparar a afiladas garras y colmillos de lobo, pero ¿qué tenían ahora los humanos en sus manos?
Además, la tecnología humana era realmente útil. No cabía duda de ello.
Los hombres lobo necesitaban hacerse más fuertes a través de la comunicación, no convertirse en perros domesticados que otros pudieran matar a voluntad.