—Max —llamó Mindy en voz baja cuando se acercó a Gideon y Maddox que estaban parados en la entrada de la cabaña y se miraban fijamente.
—¿Qué estás haciendo? —ella se paró junto a Gideon y le preguntó a Maddox.
—¿Por qué te metes? —preguntó Maddox malhumorado, irritado porque fue él quien apartó la mirada primero—. Si se desmorona porque lo estoy escudriñando, no merece ser tu pareja.
—Deja al joven hacer lo suyo, princesa —respondió Gideon con calma, su tono se suavizó al darse cuenta de que Mindy llevaba puesta su camiseta. Estaba tan enfocado en los intrusos (también conocidos como invitados) que no prestó atención a su ropa. Ella olía a calabaza y se veía comestible—. Si un despliegue juvenil de fuerza lo hará feliz, que lo tenga.
—Pero... —Mindy no se tranquilizó. No importa cuán impresionante fuera Gideon, él no tenía el Aura Alfa y si Maddox se veía provocado, podría suprimir a Gideon y eso pondría a todos en una situación incómoda.