"Talia y Damon no se movieron mientras su agitada respiración se estabilizaba.
Talia estaba desplomada encima de Damon, con su cabeza apoyada en su hombro y sus piernas rodeaban su cintura, y estaba agradecida de que él la sostuviera porque su cuerpo entero se sentía como gelatina.
Damon acarició el cuello de Talia con su nariz, y besó suavemente el lugar donde su marca vendrá, mientras disfrutaba de cada suspiro que escapaba de sus labios.
Ambos temblaron cuando él se retiró.
Damon la ayudó a ponerse de pie y vio su semilla chorreando por sus piernas.
—Sujétate a mí, gatita... —murmuró Damon.
Talia se apoyó en él obediente con los ojos cerrados, disfrutando de la sensación de él enjuagando su cuerpo bajo la ducha.
Sus manos se movían sobre su piel tan suavemente que no estaba segura si realmente la estaba tocando.