```
—¿Todavía va a haber boda? —preguntó Demetri mientras su hermano volvía a entrar en la habitación, claramente de mal humor. Y dado que Nora ya le había enviado un mensaje sobre la duda de Ava, podía adivinar que las cosas no iban bien.
—¿Dónde están los demás? —espetó Erasmi miró fijamente a Demetri, sus ojos ardían de ira.
—Están hablando con los invitados de la boda afuera. Eras, no te enojes y hagas algo tonto, ¿de acuerdo? —advirtió Demetri, con un tono suave pero firme mientras miraba a Erasmi preocupado. ¿Por eso había parecido preocupado?
—¿Qué tontería crees que voy a hacer? ¿O tú, como ella, también crees que soy un asesino despiadado que lastimaría a alguien en un arrebato de ira?
—Demetri se quedó helado, luego sacudió la cabeza lentamente. —¿Es eso lo que ella piensa? Eras, iré a hablar con ella. Explicarle las cosas.
—¡No harás tal cosa! —Erasmi suspiró, el fuego en sus ojos se atenuó ligeramente.
—Pero