```
Otoño se dio la vuelta y tembló. No sabía por qué, pero sentía que alguien la observaba. Se detuvo y miró alrededor otra vez, esperando ver a alguien quizá parado al otro lado de la calle, mirándola fijamente, pero no había nadie. Inconscientemente comenzó a caminar más rápido mientras sentía escalofríos bajando por su espalda y piel de gallina en sus brazos.
Finalmente, llegó a su casa y subió apresuradamente los dos escalones hasta la puerta. Sus manos temblaban mientras introducía la llave en la cerradura. Una vez adentro, cerró la puerta de golpe y giró el cerrojo con un clic decisivo. Apoyada en la puerta, tomó una respiración profunda, su corazón aún latiendo aceleradamente.