Al escuchar que Lauren era quien llamaba a la reunión, todos dejaron lo que estaban haciendo y se dirigieron al destino indicado en el mensaje, incluyendo a sus propios padres.
—Todos han acordado venir —dijo Stanley al recibir el último mensaje de Killian quien también accedió a estar allí. Después de todo, no había visto a su débil cuñado en semanas y necesitaba decirle algunas verdades duras.
—No puedo creer que seas tan poderosa, Lauren —atraíste a tanta gente con solo un aviso de un minuto. Incluso el más ocupado de ellos accedió a venir.
—¿Y ese es...? —preguntó Lauren.
—Tu hermano Killian, por supuesto.
—Quizás su jefe le dio un día libre. Siempre está yendo a una misión tras otra de las cuales nadie sabe nada —Lauren comentó con desdén, pero sus ojos tenían una mirada afectuosa cuando hablaba de su hermano.