—¿Somos nosotros los niños? —preguntó Juan sin andarse con rodeos y el corazón de Jude saltó otro latido.
«Juan es demasiado inteligente para su edad», comentó en su mente.
—¿Cómo podemos ser nosotros los niños? Usa tu sentido por una vez —Luca le preguntó a su hermano y este le lanzó una mirada fulminante.
—Solo era una pregunta —Juan se defendió.
Antes de que los niños empezaran a discutir, Jude intervino rápidamente para detenerlos.
—No fueron ustedes niños, esa fue solo una historia que solía contarle a mi hija —dijo, esperando que no comenzaran ninguna clase de discusión.
—Eso me recuerda, señorita Jude, nunca trajo a su hija para que la viéramos un día. Solo dijo que era de nuestra edad. ¿Qué pasó? —Luca preguntó, curioso.
Jude suspiró, no estaba segura de dónde iría a parar el tema, así que mintió.
—Ella está en la escuela, pero puede venir a verlos un día —mintió.