"Adrain solo podía mirarla fijamente. Realmente lamentaba haberse casado con Felicia porque ella había cambiado para peor. Ahora llega tarde a casa, sale mucho diciendo que tenía una sesión de fotos y peor aún, había empezado a vestirse como una prostituta, lo que lo avergonzaba mucho.
—Mira Felicia, si sigues vistiéndote así, tendré que decirle a los de seguridad que te echen cuando vengas aquí —Adrain la advirtió.
—Adrain, ¿qué te pasa? —Felicia preguntó a Adrian, no complacida por lo que acaba de decir.
—¿¡Qué me pasa a mí?! —Adrain le gritó—. Mírate, vistes como una prostituta —escupió las palabras sin importarle cómo se sentiría.
—¡¿CÓMO TE ATREVES A LLAMARME ASÍ?! —Felicia gritó de vuelta a Adrian—. No me quedaré aquí y dejaré que me llames prostituta, soy tu ESPOSA.
—¡Entonces actúa como una esposa, maldita sea! —Adrian maldijo.