(Narrado por Oliver)
Comisaría del condado de Huerricane
Desde la partida de nuestro capitán todo se ha vuelto más triste, más gris.
Edward no se ha visto por ningún lado desde el funeral... él es el más afectado de todo esto.
Todo iba de lo normal hasta que mi celular sonó, revisé y era un mensaje de Edward pidiendo ayuda y dándome una ubicación así que salí lo más rápido posible.
(Casa Afton)
Llegué a la ubicación y efectivamente estaba el auto de Edward estacionado. Baje de mi auto y corrí a la entrada. Ya dentro empecé a revisar cada habitación del lugar.
La casa tenía una vibra densa y extraña, como si de peligro se tratase. Después de revisar las habitaciones de la planta baja procedí a subir las escaleras sin pensar que ese sería mi segundo error.
Al subir un fuerte ruido empezó a sonar en una de las habitaciones así que rápidamente fui a ella y entre, pero nada, no había rastro de nadie.
La habitación era curiosa, ya que era de un niño que al parecer cuidaba bien sus cosas. De la nada la puerta se cerró y no se podía abrir, e intenté abrir la puerta que daba a la derecha, pero nada.
Como si fuera de forma inmediata un gas entro y lleno toda la habitación. Empecé a toser fuertemente y a ver como todo daba vueltas a mi alrededor y caí. Caí de rodillas tratando de respirar, pero me era imposible y cuando menos lo esperaba el gas salió por el mismo lugar por donde entro.
Poco a poco recupere la noción y mi respiración era más calmada, pero un ruido hizo sonar toda la casa. El ruido pareciera de algo pesado, de algo metálico caminando lentamente por los pasillos.
(Deja de narrar Oliver)
(Narra Edward)
El ascensor me saco por lo que parece ser una cueva, camine por el único pasillo y subí unas escaleras para llegar a una habitación secreta dentro de la casa que tenía un olor muy peculiar.
Mientras caminaba de regresó unos pasos se escuchaban en la parte de arriba así que rápidamente saqué mi arma y subí escalón por escalón con mucha precaución.
Al llegar a la parte alta sólo pude visualizar con dificultad una sombra enorme que llegó hasta la habitación donde se detuvo y lentamente giro a verme.
Pasarón unos 10 segundos así hasta que giro y camino con dirección a mí. Yo trate de correr, pero mis piernas no respondían así que apunté mi arma y disparé, pero en un sentido común eso fue la más estúpido que pude haber hecho.
Al fin reaccione y corrí al otro pasillo donde llegue a la habitación e intenté abrir, pero se encontraba cerrada. Intenté abrir las otras habitaciones e igual estaban cerradas. De pronto la puerta se abrió y sin dudar entre a la habitación de aquel niño y entonces me encontré con una sorpresa.
— ¿Qué haces aquí? — Dije.
— Vine a ayudarte — Respondió Oliver.
— ¿Ayudarme? — Dije confundido.
— Sí, recibí tu mensaje — Me respondió él.
— Yo no he mandado ningún mensaje — Exclamé.
Oliver saco su celular y mostró el mensaje que salió de mi número telefónico, lo más extraño es que yo no pude haber mandado nada puesto que estaba bajo tierra.
— Hablaremos de eso después — Dije ya en tono serio.
Ambos estábamos inquietos, pero no escuchábamos ya los pasos así que optamos por salir, pero antes de hacerlo una voz nos detuvo.
— Buenas tardes señores. Veo que ambos están juntos — Dijo.
— ¿Quién eres? — Preguntamos en conjunto.
— Eso no es lo importante aquí... lo importante es que hacen dentro de ahí — Nos respondió.
— ¿Cómo sabes que estamos aquí? — Preguntó Oliver.
— Porque lo sé todo detectives — Respondió.
— ¿Qué carajos quieres? — Pregunté molesto.
— Calma, calma, esto apenas empieza — Dijo seguido de una leve risa — Sólo les diré que las puertas de la casa se encuentran cerradas y no se abrirán hasta las 6 de la mañana del siguiente día — Agregó.
— ¿De qué diablos hablas? — Dije.
— Verán... las puertas se cierran automáticamente por está hora y se abrirán cuando el reloj marque las 6 de la mañana y entonces podrán irse — Me respondió.
— ¿Acaso crees que nos quedaremos por aquí? — Dijo Oliver con sarcasmo.
— Deberían pensarlo ya que afuera se encuentran algunos de mis amigos esperando para verlos — Respondió de nuevo con esa maldita risa — Se me olvidó decir que al caer la noche y cuando den las 12 las puertas de la habitación estarán sin seguro —
— ¿Y esa es la mejor parte? — Dije con sarcasmo.
— No, claro que no — Dijo riendo — Pero les sugiero que mantengan las puertas cerradas porque mis amigos van a querer entrar para jugar con ustedes —
— ¡Estás demente! — Grité.
— Buenas noches — Se limitó a responder.
Todo quedo en silencio y poco a poco el Sol se ocultaba.
— Hay que irnos — Dije.
Intentamos abrir las puertas de la habitación, pero se encontraban nuevamente cerradas así que tomamos una silla de madera para romper la ventana de la habitación, pero está se rompió al impactar ya que el vidrio era blindado.
No teníamos escapatoria y técnicamente estábamos obligados a quedarnos hasta el siguiente día.
(8:30 p.m.)
— Debemos pedir refuerzos — Susurra Oliver.
— No llegarán — Respondí.
— ¿Crees qué esto tiene que ver con Bill? — Preguntó.
— Es lo más probable — Dije.
Mis respuestas eran cortantes no por el hecho de estar molesto con Oliver, sino por que no hay una solución al lío que nos habíamos metido.
(8:45 p.m.)
«Esto es un maldito infierno» me decía para mis adentros. El tiempo pasaba lento y en el profundo silencio sólo había eco el tic tac del reloj.
Oliver igual se estaba volviendo poco a poco loco y era comprensible puesto que esto era una puta tortura para los dos.
(8:50 p.m.)
Seguía todo con calma, el aburrimiento se apoderaba de nosotros y la cordura cada vez se iba de nuestras mentes.
— ¿Por qué a nosotros? — Preguntó Oliver.
— Créeme que me arrepiento de tomar este caso — Le respondí.
Miraba mi celular sólo para poder ver la hora e intenté pedir ayuda, pero algo impedía la señal telefónica en este lugar.
Creo que apenas nuestro infierno iba a comenzar