﹏﹏﹏﹏﹏♡⋋♡⋌♡﹏﹏﹏﹏﹏
•
Querido Capitán:
Desde esa vez que salió corriendo junto a Matsumoto, de la sala del quinto escuadrón ya no lo volví a ver. ¿Pasó algo grave en el tercer escuadrón?
Cierto no debería enterarme de eso, ya no soy la teniente del tercer escuadrón.
P.s: siento que debería dejar de escribirle cartas
Atentamente:
Su ex teniente.
•
•
﹏﹏﹏﹏﹏♡⋋♡⋌♡﹏﹏﹏﹏﹏
•
| CAPÍTULO SIETE. |
•
El peliblanco leyó aquella carta con el ceño fruncido. ¿Por qué Tara le seguía mandando cartas?
Ciertamente era una cuestión que seguía haciéndole sentir ese extraño pero agradable sentimiento que solo aquella pelinegra lograba brindarle.
Sonrió mientras guardaba aquella carta con las demás que había recibido en aquella semana, además de las que ya llevaban tiempo en el cajón.
Si ella tan solo supiera todo lo que él estaba haciendo, sin duda lo odiaría por el resto de su vida.
Dejo salir un suspiró pesado, cosa que extraño a una rubia a su lado.
—¿Estas bien Gin?— preguntó preocupada por el bienestar de su mejor amigo.
—Sí, estoy bien Rangiku— respondió restando le importancia, con aquella sonrisa zorruna que siempre tenía, tratando de que su amiga no se diera cuenta de aquellos pensamientos que comenzaban a torturarlo.
•
Los planes de Aizen comenzarían pronto y la única preocupación del peliblanco era lo que Tara y Rangiku pensaran después de descubrir su traición
—¿Te pasa algo Gin?— preguntó el castaño de lentes a su lado mientras le servía más Sake.
Ichimaru bufó con molestia, últimamente todos estaban empeñados en preguntarle qué era lo que le estaba pasando. ¿Qué pensarían su supieran que él, el capitán más cruel del Seireitei –excluyendo a Kenpachi– sentía atracción por su ex teniente?
Porque sí. Ya lo había aceptado.
—No es nada— respondió sonriendo mientras recibía el vaso de Sake que el mayor le estaba entregando.
Trataba de pretender que nada le estaba pasando. Pero ciertamente estaba fallando en eso, ya que tanto Rangiku como Sōsuke dudaban de sus pensamientos.
—Es por la teniente Kobayashi ¿no?— preguntó con cierta burla en aquella seria y firme voz que tenía.
—¿Tan obvio es?— se preguntó ahora él con duda y frustración mientras de un solo trago se tomaba todo el Sake que el castaño le había servido.
—Esa chica te gusta, ¿cierto?— arqueo la ceja curiosamente.
Le causaba curiosidad saber cuáles eran los motivos para que su compañero y subordinado cayera rendido ante una simple Shinigami.
Con un suspiró largo y pesado miró a su superior a los ojos.
—Sí, ¿algún problema con ello?— respondió a la defensiva —Que importa eso, después del plan ella me odiara por siempre. Así está mejor— agregó tratando de restarle importancia.
—Ciertamente te está afectando— habló Aizen irritado por lo infantil que estaba siendo su estudiante —¿Por qué te gusta?— preguntó curioso.
Podría ser un manipulador, malvado, futuramente traidor y criminal, con la ambición de ser el rey espíritu, pero ciertamente –y aunque no se atreviera a decirlo en voz alta– le tenía un gran aprecio a Gin, aquel hombre enfrente de él, a quien había entrenado y él que siempre se mantuvo a su lado un sabiendo los planes que tenía.
Él era el hijo que nunca había deseado tener pero que aun así el Destino le había dado.
—No lo sé— respondió el peliblanco soltando un suspiró —Es tan entusiasta, amable, tímida, hermosa, su bella caligrafía y ni hablar de su cabello, sus ojos y es que su dulce voz...
—Por dios, no debí preguntar— se quejó el castaño asqueado por aquella declaración que su estudiante estaba dando.
Sin duda, aquel peliblanco estaba irremediablemente enamorado. Eso era un problema, para él y para su plan, tan pronto como encontrará a Rukia Kuchiki su plan estaría en marcha y Gin no debía de distraerse.
Tenía dos opciones. La primera, matarla, cosa que le causaría conflictos con Gin. La segunda, secuestrarla, cosa que también le causaría conflictos con Gin, pero en esta opción había una gran posibilidad de que el peliblanco este aún más bajo su control.
Debía pensar cuál de las dos opciones llevaría a cabo antes de comenzar con sus planes.
Miró al peliblanco el cual ya estaba apoyado en la mesa, dormido, seguramente no habría estado durmiendo apropiadamente debido a tanto trabajo.
Sabía que Rangiku no era la mejor teniente con respecto al papeleo, ya que había escuchado a Hitsugaya quejarse de que nunca hacía su trabajo, seguramente él se encargaba de todos esos documentos.
—¡Capitán Aizen! ¿Qué está haciendo aquí tan tarde?— preguntó la dulce voz de Tara quien se acercaba.
—Teniente Kobayashi, que gusto verla— sonrió mientras la saludaba —Bueno, pues vine a beber con Ichimaru-san, pero él se quedó dormido— respondió amablemente —¿Y tú?— preguntó curioso por saber qué hacía la amada del peliblanco en ese bar.
—Bueno yo vine con Matsumoto-san y Hinamori-chan— respondió apuntando a la mesa donde sus dos acompañante se encontraban dormidas a causa de tanto beber —¿Le molesta si lo acompañó?— preguntó tímidamente.
—Adelante— accedió él sonriente.
La pelinegra se sentó aún lado del capitán, mirando como su amado dormía pacíficamente sobre la mesa.
—¿Por qué pediste el cambio de escuadrón Kobayashi-chan?— preguntó otra vez Aizen a su lado.
Tara apartó sus ojos del peliblanco para mirar al castaño.
—Ya se lo había dicho capitán. Quería pasar más tiempo con el capitán Hitsugaya— respondió nerviosa.
—Sí, eso no me lo creo— agregó mirándola con seriedad —¿Qué te hizo?— preguntó refiriéndose al peliblanco el cual dormía plácidamente.
—¿E-el capitán?— preguntó aún más nerviosa, Aizen asintió —N-no me hizo nada— respondió apartando la mirada.
Quería calmarse, no, necesitaba calmarse. Nadie más debía saber sobre sus sentimientos hacia el capitán del tercer escuadrón.
—Te gusta Gin, ¿cierto?— preguntó riendo levemente antes la actitud de la pelinegra.
—¡¿Q-qué? Claro que no!— exclamó sonrojada, suspiró bajo la atenta mirada del castaño —¿Tan obvio es?— preguntó murmurando a su superior.
Este asintió, decayendo a la chica. Quien apoyo su cabeza en la mesa mirando hacia la dirección de su amado, observando sus calmadas facciones.
—¿Él lo sabe?— preguntó con esperanza de aún no ser descubierta.
—No, aún no se da cuenta de algo tan obvio como eso— respondió Sōsuke mirándola.
Se sentía estúpido, hablando con dos enamorados que apenas se podían darse cuenta de los sentimientos del contrario, corrección, ni siquiera estaban enterados de los sentimientos del contrario.
—Qué alivió, no quiero que él me odie. No podría con ese pensamiento— sonrió lamentablemente mientras lo miraba dormir.
—¿Debería decirle que es todo lo contrario?— se preguntó mentalmente sintiendo unas enormes ganas de estallar en carcajadas.
Quería reírse en su cara, si tan solo supiera que Gin Ichimaru estaba enamorado de ella, y que se sentía fatal por el mismo pensamiento de ser odiado por ella. También quería reírse de lo ciegos que estaban. Pero de eso se burlaría luego en la cara de su subordinado.
—Deberíamos irnos, mañana hay que continuar con nuestras labores— habló él después de un tiempo.
Ambos se levantaron, Aizen comenzó a despertar a su compañero mientras Tara iba a la mesa donde Rangiku y Momo se encontraban durmiendo.
—Matsumoto-san... despierta— la movió suavemente.
—Mmm... Shūhei te amo— habló entre sueños confundiendo a la pelinegra.
¿Qué?
¿Rangiku está enamorada del teniente del noveno escuadrón? ¿Entonces entre Ichimaru y ella no había pasado nada?
Se sentía tan estúpida por aquellas insinuaciones tan horribles que había hecho. Pero ya todo estaba hecho, no podía volver al pasado por mucho que quisiera.
Suspiró mientras seguía tratando de despertar a sus amigas.
•
•
Hola, hola. Bueno espero que les haya gustado este capítulo
Gracias por leer.
Atte: Kristymorelos ♡
﹏﹏﹏﹏﹏♡⋋♡⋌♡﹏﹏﹏﹏﹏
•
| CAPÍTULO OCHO. |
•
No tuvo éxito al creer que podía despertar a sus amigas, Aizen estaba en la misma situación que ella. Pero no sabía si Gin estaba dormido o ebrio.
En silencio ambos caminaban, Aizen cargaba a Hinamori y trataba de ayudar a caminar a su compañero capitán Ichimaru, mientras Tara ayudaba a Matsumoto. Era difícil para ambos, hasta que en su camino se encontraron con Shūhei Hisagi, el teniente del noveno escuadrón quien era acompañado por Renji Abarai, el teniente del sexto escuadrón.
—¿Qué les pasó?— preguntó Renji confuso al ver al capitán Ichimaru, la teniente Hinamori y Matsumoto dormidos en los brazos de Aizen y Tara.
—Bebieron demasiado— respondieron ambos al mismo tiempo.
—¿Les ayudamos?— preguntó ahora Shūhei.
—Sí, escolten al capitán Ichimaru, a la teniente Matsumoto y Kobayashi a sus escuadrones. Yo llevare al Hinamori-chan a su habitación— respondió el capitán seriamente.
Ambos tenientes asintieron ante las ordenes de Aizen y sin más ayudaron al capitán y teniente quienes dormían.
—Gracias capitán Aizen— sonrió ella mientras hacía una reverencia de agradecimiento ante él.
Sin más corrió para alcanzar a su compañero los cuales ya estaban algo adelantados. El castaño sonrió de medio lado al verla alejarse.
—Creo que ya entiendo porque Gin está enamorado de ti, Tara Kobayashi— habló en un susurró mientras seguía su camino al quinto escuadrón con su teniente en brazos.
•
Renji llevaba al capitán Ichimaru en sus brazos. No lo cargaba, pues esta había despertado tan pronto como se habían alejado de Aizen y Hinamori. El pelirrojo sólo estaba ayudando a que al menos pudiera mantenerse de pie, sosteniendo el brazo del capitán que rodeaba su cuello para que no cayera ante sus torpes pasos.
Ichimaru solo podía mirar a la pelinegra que iba enfrente de ellos, sentía unas ganas inmensas de decirle todo. Pero esta vez su valentía estaba flaqueando.
Llegando al tercer escuadrón, Renji y Shūhei se fueron dejando a los líderes de aquel escuadrón a cargo de Tara.
—¿Esta seguro que puede usted solo capitán?— preguntó la pelinegra quien ayudaba a Matsumoto —En cuento termine con Matsumoto-san, iré a ayudarlo— agregó mientras se alejaba sin siquiera escuchar lo que el peliblanco le iba a decir.
Cuando llegaron a la habitación de la teniente Matsumoto se apoyó en la pared alejándose de su amiga.
—Ves a ayudar a Gin. Yo puedo sola— agregó mientras caminaba al baño.
La pelinegra se quedó ahí parada observando como su amiga a duras penas podía mantenerse de pie. Pero, aun así había logrado llegar al baño sin caerse en el intento.
Suspiró, y sin más camino hasta la habitación del capitán donde Ichimaru se encontraba sentado en el futón con una botella de Sake en la mano.
—¡Capitán!— exclamó con molestia mientras le quitaba la botella medio vacía de las manos —Vamos, levántese— agregó mientras lo ayudaba a levantarse —¿Puede bañarse solo? ¿Quiere que llame a Kira-kun para que lo ayude?— preguntó mirándole.
—No, quédate...— habló él en un susurró mientras la detenía —Tara... no te vayas— agregó apoyando su cabeza en el hombro de la chica.
La chica se sonrojó ante el gesto de su superior.
—E-está bien capitán. Pero de todas formas tendrá que bañarse para que se le baje todo el alcohol— dijo nerviosa.
—Está bien— suspiró y se metió al baño.
Tara se encontraba de pie junto a la puerta del baño, esperando pacientemente a que el hombre que amaba saliera. Sinceramente no sabía cómo había llegado a ese lugar, bueno, como se había metido en ese embrollo.
—¿Por qué estoy aquí?— se preguntó en un susurró.
La puerta se abrió dejando ver a un peliblanco con el cabello húmedo, el pecho descubierto, con sólo una toalla la cual cubría su zona baja.
Desvío la mira sonrojada, tapando sus ojos con las manos. Dios, ¿enserió lo estaba viendo así?
Escucho la suave risa del capitán el cual comenzaba a vestirse sabiendo que su ex teniente se encontraba a sus espaldas tapando sus ojos.
—Ya puedes mirar— habló mientras terminaba de ponerse el Yukata.
Tímidamente apartó sus manos observando al hombre enfrente de ella, su sonrojó creció aún más cuando al abrir los ojos se lo encontró a escasos centímetros de ella.
—¿Qué te pasa?— preguntó mirándola —¿Te sientes mal?— agregó juntando sus frentes
Tara se encontraba nerviosa ante el peliblanco.
—No tienes fiebre— habló separándose de ella —Vamos a dormir— sonrió mirándola.
—¿J-juntos?— le miró con sorpresa —N-no, y-yo debería irme...— agregó como excusa.
—¿No te vas a quedar?— preguntó tratando de ocultar su desilusión con indiferencia.
—Y-yo...— miró hacia otro lado nerviosa —Esta bien— dijo rendida.
Ambos se acomodaron en el futón, Ichimaru fue el primero en quedarse dormido. Tara lo miraba dormir pacíficamente.
—¿A tenido problemas para dormir capitán?— preguntó en un susurró sabiendo que él no le respondería.
En un movimiento involuntario por parte del capitán, la pelinegra quedó apoyada en su pecho, mientras él la abrazaba apegándola más a su cuerpo.
Posiblemente si él estuviera despierto, ella se atacaría y comenzaría a hablar nerviosa ante él. Pero ahora Gin estaba durmiendo así que podía disfrutar de aquel contacto involuntario que él había provocado.
•
•
Commentaire de paragraphe
La fonction de commentaire de paragraphe est maintenant disponible sur le Web ! Déplacez la souris sur n’importe quel paragraphe et cliquez sur l’icône pour ajouter votre commentaire.
De plus, vous pouvez toujours l’activer/désactiver dans les paramètres.
OK