"¡¿Ehhh?! ¡¿Estás hablando enserio?!" – Eiko exclamo sorpresivamente.
"Claro, si vamos a enfrentarnos a seres poderosos y a fantasmas que pueden reemplazar el alma de un humano, es prudente no solo prepararnos en lo que respecta la poder de ataque, sino también reforzar la defensa"
Yuuma se puso de pie y comenzó a mover los muebles para hacer espacio en el centro de la sala.
"¿En verdad nos ayudarás a obtener con algo tan importante?" – Yayoi, quien estaba también sorprendida por las palabras de Yuuma, exclamó lentamente.
La pequeña niña de ojos peculiares sabía que fue Yuuma el que les dio a sus dos alumnas la capacidad para controlar su Energía Espiritual.
De lo poco que sabía del ocultismo, solo los grandes templos de poderosos Espiritistas tenían técnicas que permitían a una persona tomar el control total de su Energía Espiritual, y esas técnicas eran consideradas demasiado valiosas y extremadamente raras.
Sin ir tan lejos, la abuela de Keitaro era una Espiritista conocida, pero aun con esto, su templo no tiene una habilidad cono esta.
Es por ello que Yayoi no sabía si era prudente recibir este tipo de ayuda. Claro que era más que bienvenida, pues todo lo que la ayude a recuperar el alma de su madre servía, pero no sabía cómo es que le pagaría este tipo de favor.
No es que dudara de su buena voluntad, solo que… era complicado.
"Como dije, debemos ir preparados. Se que tienes varios espíritus poderosos bajo tus ordenes, pero de nada te servirá si es que algún espíritu oportunista aprovecha un momento de debilidad para Reemplazarte"
Yuuma terminó de mover los muebles con facilidad.
"Además, no es que sea algo demasiado complicado para mí. Aunque no lo creas, la ayuda que te ofrezco es la misma que le ofrecí a Miko y Hana, quienes aceptaron sin problemas"
"Yuuma-san, esto es… no lo sé, es muy valioso"
Eiko, quien había estado en silencio y pensado casi en las mismas cosas que su pequeña prima, quería buscar una excusa para rechazar este gesto, pero nada concreto se le venía a la mente.
Era cierto que esas dos chicas, las alumnas de Yuuma, habían obtenido un gran poder gracias a su ayuda, pero la relación que ellas tenían con él era diferente a lo que ella y Yayoi tenían ahora mismo.
Tanto Miko y Hana se comportaban de una manera, digamos, muy cariñosa cuando estaban juntos. Conciente o inconscientemente, el punto es que la forma en cómo se relacionaban era de una muy íntima, por lo que para Eiko la ayuda que él les dio a esas dos chicas era algo entendible.
Pero ese no era el caso de ella y Yaoi.
"Vamos, no me pongan en una posición incómoda chicas. Estoy tratando de darles algo con lo que puedan protegerse y ayudarles con sus problemas" – Yuuma suspiró – "En tu caso Yayoi, este poder te ayudará a ganar mejor control sobre los espíritus, así como ganar un boleto salvavidas para resguardar tu seguridad"
"Bueno, tienes razón, pero…" – la niña de ojos dorados no supo que decir antes esto, pues Yuuma tenía razón.
" Eiko, aunque no hemos conversado mucho, sé que el ocultismo es algo que te apasiona, pero al no tener las habilidades que Yayoi tiene, te has quedado 'ciega' ante estos diversos fenómenos"
"¿Eh? ¿Cómo es que…?"
"Desde que eliminé la maldición de tu mano, siento que tu animo ha decaído. Quizás puede ser por la pérdida de tu amigo, pero creo más bien que se trata de otra cosa. Parece que por influencia de esa maldición tu estabas logrando adquirir algo de habilidad para ver el mundo sobrenatural ¿no es verdad?"
Eiko fue tomada por sorpresa, pues lo que Yuuma decía tenía algo de verdad.
Para ella, las cosas no habían salido de la mejor manera, al menos en lo que respecta a sus temas personales.
Desde que tenía uso de razón, solo dos cosas habían llamado poderosamente su atención: el ocultismo y su amigo de la infancia Keitaro.
Desde joven, Eiko había sentido una atracción hacia lo desconocido, sentía que una especie de adrenalina recorría sus venas cuando de cosas paranormales se trataba.
Es por ello que desde una temprana edad se obsesionó con este tema. No obstante, lo mantuvo en secreto debido a la presencia de Keitaro, la otra cara de la moneda.
Para Eiko, la figura de Keitaro había sido una parte importante de su vida. su dedicación, cuidado desinteresado y actitud positiva hacían que el fuera una especie de faro para ella.
Mientras más tiempo pasaba ella con Keitaro, más se obsesionaba. No obstante, había algo que le impedía a Eiko querer dar un paso más allá y convertirse en una pareja, y es que Keitaro siempre se mostró en rechazo sobre el ocultismo.
No obstante, cuando Keitaro fue maldecido por tratar de ayudarla, Eiko vio en este desafortunado evento la oportunidad perfecta para hacer que Keitaro se metiera de lleno hacia el ocultismo.
Aprovecharía esa maldición que los unía, que los hacía especiales, para acercarse mucho más que antes.
Fue un trabajo duro de más de un año, pero ella logró no solo ayudar a su deprimido amigo a terminar la preparatoria, sino que lo hizo superar en gran medida sus miedos y temores.
Sin embargo, como su obsesión por Keitaro crecía con cada día, el afecto y cariño que ella sentía por él comenzó a distorsionarse, tanto que ideó todo un plan para hacer que Yayoi se convirtiera en la estudiante de Keitaro, y así poder no solo tenerlo en la casa, sino que lo involucraría directamente con el ocultismo.
A pesar de la negativa inicial de Keitaro, poco a poco pareció que cambió de parecer, comenzando a aceptar el ocultismo. Incluso llegó a aceptar los sentimientos románticos que Eiko tenía por él, convirtiéndose brevemente en una pareja.
Pero quien diría que todo eso se fue al tacho cuando Yuuma eliminó la maldición que los unía, haciendo que Keitaro decidiera librarse por completo de todo lo relacionado con lo paranormal.
Eiko sabía que Yuuma no tenía culpa de esto, pues fue un deseo del propio Keitaro, quien al parecer no había aceptado verdaderamente el ocultismo en su corazón. Esto hacía que ella se sintiera mal, pues uno de sus dos grandes objetivos se había esfumado.
¡Era como si le hubieran quitado una posesión muy valiosa!
Y por si fuera poco, la egoista decisión de Keitaro hizo que ella perdiera el reciente poder que había ganado, con el cual podía ver todo el mundo paranormal con claridad.
¡Esto fue lo que deprimió su estado de ánimo!
Sin embargo, ahora Yuuma le estaba diciendo que podría darle la opción de otorgarle la capacidad para involucrarse de lleno con el ocultismo.
"Ah… miren chicas, desde que decidí involucrarle con ustedes y ayudarlas, estuve dispuesto a confiar parte de mis conocimientos. Créanme cuando les digo que los espíritus y los Dioses no son lo peor que este mundo tiene oculto. Por ello quiero que mis compañeros puedan protegerse, no perderlos prematuramente"
Las dos primas sintieron curiosidad por las palabras que Yuuma estaba diciendo, pues no entendían muy bien lo que quería decir.
¿Los Dioses y los espíritus poderosos no son lo peor del mundo?¿Había algo más aterrador?
Ellas sabían poco de este mundo, pero consideraban que su conocimiento era mucho mayor que el de Yuuma, quien no tenía más de un año involucrado en el tema paranormal. No obstante, sabían que este hombre era alguien que no podía ser medido como el resto de humanos.
El poder que tenía sobrepasaba con crecer cualquier cosa que ellas habían visto en un humano, por lo que tomaron con seriedad estas palabras.
"Eiko, hagámoslo" – luego de un largo tiempo en silencio, Yayoi habló – "Creo que podemos confiar en Yuuma"
"Ah… está bien… también aceptaré esta ayuda" – luego de un largo suspiro, Eiko finalmente aceptó – "Espero no causarte problemas"
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Yuuma. la siguiente arte de su plan se estaba llevando a cabo en estos momentos.
Si alguien supiera que todo lo que dijo lo hizo para sugestionar la decisión de las dos chicas, diría que estaba actuando como villano. No obstante, lo que Yuuma quería distaba de ser una decisión dañina que perjudicaría a Eiko o Yayoi, pues era lo último que quería.
Si, podría haber actuado como villano al sacar a Keitaro de este grupo, pero Yuuma confiaba en que el chico estaría mejor si no seguía involucrándose en estos asuntos.
Yuuma vio el potencial de Yayoi como una futura subordinada, mucho más que sus dos subordinados del otro mundo, por lo que era necesario tenerla dentro de sus filas. El querer que Eiko se involucre era un efecto colateral, pues al ser la única familiar de la niña, su presencia era obvia.
"Bien, gracias por aceptar esta petición egoista. Ahora siéntense con las piernas cruzadas como si estuvieran meditando y cierren los ojos, déjenme el resto"
Las dos primas hicieron caso y caminaron al centro de la sala, adoptando la posición que Yuuma les indicó.
Cuando estuvieron un poco relajadas, sintieron la mano de Yuuma tocando la parte posterior de sus espaldas, a la vez que una especie de calor comenzaba a invadirlas.
"¿Están listas?" – Yuuma preguntó una vez más.
"Si, lo estoy" – Eiko respondió.
"Adelante" – "Yayoi exclamó.
"Bien, hagámoslo entonces"
*¡Wooosh!*