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77.51% Si, bueno... este no es un buen mundo / Chapter 96: SUBIENDO DE NIVEL

Chapitre 96: SUBIENDO DE NIVEL

"¿S-Se acabo? ¿Ya terminó?" – un sacerdote menor habló temerosamente antes que cualquier otra persona lo hiciera.

Sus compañeros, que aún estaban en silencio, parecían tener la misma pregunta en sus mentes, pues todos ellos fueron tomados por sorpresa y miedo mientras cantaban sus mantras para mantener la barrera sagrada.

Mientras trataban de contener toda la energía espiritual que se expulsaba (o creían que lo hacían) una explosión atronadora seguida de un destello cegador llenó por completo la habitación principal del edificio.

¡Esa explosión fue tan terrible que la barrera se hizo añicos y todos fueron golpeados por la onda de choque, siendo lanzados por todas partes!

En ese momento todos ellos pensaron que el exorcismo había salido terriblemente mal, y que la maldición se había salido de control, por lo que casi todos los presentes estaban casi seguros de que había llegado la hora de sus muertes, por lo que muchos apretaron fuertemente los ojos para aguantar el doloroso final, mientras que otros se desmayaron.

No obstante, el horrible final que imaginaron nunca llegó.

Poco a poco, todos ellos abrieron los ojos y se dieron cuenta que aún estaban vivos, aunque algo machacados por la onda que los había golpeado.

El lugar estaba cubierto de polvo y humo, algunas de las decoraciones estaban destruidas, pero al parecer, solo eran daños materiales. Todos los sacerdotes no habían sufrido graves lesiones.

"¡Kei-chan!¡Despierta, vamos Kei-chan!"

Touko no había sido la primera persona en hablar, pero si la primera en levantarse y correr hacia donde su nieto estaba.

Al igual que el resto, ella pensó que todo salió mal, pero un atisbo de confianza dentro de su corazón le impidió rendirse, por lo que resistió el choque y mantuvo sus ojos abiertos.

Para cuando las luces se despejaron, ella corrió hacia donde estaba su nieto.

Tanto Keitaro como Eiko estaban inconscientes, pero con sus cuerpos indemnes. No se veía ninguna lesión ni daño, incluso sus ropas estaban intactas.

"Tranquila, los puse a dormir desde el comienzo. Además, los protegí para evitar que sufrieran daños durante el proceso" – desde un punto un poco alejado, la voz de Yuuma hizo eco entre el humo que se despejaba – "Ms bien, mira sus manos, parece que todo salió bien"

Los ojos de la sacerdotisa recorrieron el cuerpo de Keitaro, y cuando llegó a su mano derecha, una expresión de asombro y felicidad se mostró en su rostro.

¡Las manos tanto de Keitaro como de Eiko, en donde anteriormente estaban esas vellosidades en forma de terminaciones nerviosas, las cuales eran producto de la maldición que los aquejaba, ahora habían desaparecido por completo!

"¡Lo lograste Yuuma-kun!¡Lo logras…"

La sonriente Touko giró para darle las gracias al chico que había hecho posible, pero al verlo detenidamente luego de que el polvo y el humo se disipara, las palabras de la anciana quedaron atoradas en su garganta.

¡Ahora, el shock y la conmoción era lo único que se podía ver en su rostro!

¡Yuuma tenía casi toda su ropa hecha añicos, solo con algunos harapos cubriéndolo. Su piel tenía múltiples y cortes, con horribles rastros sangrientos, dando un horrible espectáculo!

*¡Baam!*

De repente, la puerta principal de la habitación se abrió violentamente, dando paso a tres personas.

"¡¿Qué paso?!¡Todos están bien?!" – Hana, quien ahora mismo estaba emitiendo una fuerte cantidad de Energía cubriendo su cuerpo.

"Sensei, donde esta… ¡Sensei!" – Miko, quien fue la segunda en entrar y quien también tenía su cuerpo cubierto por energía, gritó con desesperación al ver el estado actual de Yuuma.

La tercera persona, la pequeña Yayoi, no dijo nada cuando entró, pero el peluche en sus manos estaba tan apretado y listo para ser usado en cualquier momento.

Las tres chicas habían estado en una habitación aparte mientras esperaban que todo el ritual se llevara a cabo. Aunque hubo protestas, en especial por parte de Yayoi, al final terminaron aceptando.

No obstante, cuando escucharon una gran explosión, las tres corrieron rápidamente para ver qué cosa había ocurrido.

Yayoi estuvo a punto de soltar a su espíritu retenido en su peluche, pero sorprendentemente vio como las dos chicas que iban a su lado rápidamente se rodearon de energía y golpearon la puerta de la habitación donde se estaba llevando a cabo el ritual, abriéndola rápidamente.

No es que le haya sorprendido la fuera que lograron mostrar, pues era algo un poco superior a la fuerza de un hombre promedio, lo que la sorprendió fue la capacidad de las dos chicas para poder emitir energía y cubrir sus cuerpo con dicha energía.

¡Esto era algo que Yayoi nunca había visto siendo ejecutada por un humano, pues era algo que solo los espíritus podían lograr!

Para cuando ella reaccionó, ambas chicas ya habían corrido hacia donde estaba su sensei, mientras sus rostros mostraban una gran preocupación.

"¡Sensei!¡¿Estas bien?¿Puedes caminar?" – Miko comenzó a hacer preguntas desesperadamente mientras revisaba las heridas de Yuuma, sintiendo una punzada en el pecho al ver el estado de Yuuma.

"¡Sensei! *sniff* ¡No se muera por favor!" – Hana, con los ojos llorosos, casi se aferra con fuerza a nuestro protagonista, pero se detuvo al no querer empeorar las heridas.

Yuuma sonrió cálidamente al verlas actuar de esa manera.

"Tranquilas chicas, estoy bien"

"¡¿Cómo que está bien?!¡Es evidente que no lo está!" – Miko sacó varios pañitos de su cartera y comenzó a aplicar presión contra las heridas más sangrantes – "¡Tenemos que ir un hospital!"

"Jajajaja, en serio, estoy bien" – Yuuma volvió a sonreír – "Si, estoy herido, pero fíjense bien en las heridas, se darán cuenta de algo"

Tanto las dos chicas, como Touko y algunos curiosos que se habían acercado, siguieron las palabras de Yuuma y se concentraron en las heridas.

"¡Yuuma-kun!¡Qué está pasando!"

"¡Sensei, tus heridas se están cerrando!"

"E-Esa velocidad de recuperación… ¡Es igual a lo que describen los libros antiguos sobre los grandes Onmyouji del pasado!"

¡Todo el mundo se quedó sorprendido al ver que las horribles heridas del muchacho estaban sanándose a una velocidad impensable!

*Ding, ding, ding*

[Sanación – nivel 2: ¡Activada! -15 HP/min]

[HP:1475 à435]

[MP: 1815 à 342] 

'Phew, pensar que mi primera vez enfrentando algo sobrenatural de peso en este mundo agotaría mi HP y MP hasta este punto… parece que solo matar mafiosos y viejos pervertidos me ha vuelto débil'

Yuuma murmuró con una sonrisa irónica al ver sus actuales estadísticas en la pantalla del sistema.

No había estado tan afectado desde que realizó su primera misión, cuando estuvo a punto de morir por agotar casi todo su MP y HP.

Claro que ahora era mucho más fuerte que en ese entonces, y no quedó tan al borde de la muerte como en aquella ocasión, pero se dio cuenta que no había hecho lo suficiente como para ganar más poder.

Aunque todo resultó bien en esta ocasión, sabía que si se enfrentaba directamente contra un espíritu o maldición de el mismo grado que la actual, sin que esta estuviera limitada a la mano de una persona, el resultado hubiera sido peor.

Y para agregar, aún había seres de 'Rango S' a los que seguramente debía enfrentar en el futuro.

Pensar en esto no lo atemorizaba, sino que, por el contrario, lo emocionaba más.

"Dejen de preocuparse por mí, mejor lleven a esos dos a un lugar tranquilo para que puedan recuperarse" – Yuuma comenzó a caminar hacia la salida – "Touko-san, me haré cargo de los gastos de reparación. Voy a descansar en un lugar a parte hasta que despierte tu nieto"

"¡E-Esto!… no tienes por qué… Ah… ya se fue"

La sacerdotisa no pudo negarse ante las palabras del muchacho, pues ya había salido de la habitación seguido por sus dos alumnas.

Touko tenía muchas emociones complicadas dentro su corazón, pues no sabía cómo reaccionar a todo lo que había presenciado el día de hoy. El mundo de los espiritualistas daría un giro inesperado cuando todos escuchen lo que pasó aquí.

Si bien tenía una gratitud inmensa al saber que su nieto había sido curado por completo, sabía que Yuuma ahora estaría en la mira de aquellas organizaciones paranormales que están en la cúspide del poder.

"Aunque, con su poder… quizás el pueda traer el equilibrio a este mundo" – Touko murmuró.

Luego de ello se dio la vuelta y vi a su nieto y a Eiko, quien estaba siendo revisada por la pequeña Yayoi, así como por algunas de las sacerdotisas menores.

"Vamos, hay que limpiar todo esto. Ayúdenme a llevar a mi nieto y su amiga a otro lugar"

.........….

"Sensei ¿seguro que está bien?"

En una habitación diferente, Yuuma estaba sentado relajadamente sobre un futón. Llevaba puesto un futón similar a los que tenían Keitaro y Eiko durante la ceremonia, pues sus ropas rotas eran inservibles.

A su costado estaba Miko, quien aún mantenía una mirada preocupada.

"Tranquila Miko, puedes verlo por ti misma ¿verdad? Ya no tengo heridas"

"Lo sé, pero… ¡en verdad me preocupé por ti mucho!"

"Jajaja, tranquila, te lo prometí ¿verdad? Estaré aquí para protegerte a ti y a Hana, así que una como esta no podrá vencerme" – Yuuma le dio una palmadita en la cabeza.

Miko solo guardó silencio por un momento – "Mmm… está bien"

Ella y su amiga eran conscientes que el día de hoy había sido una completa locura que nunca pensaban que experimentarían. Pasar de un malentendido por parte de Hana, hasta ver como su sensei eliminó a un ser paranormal poderoso.

Si bien ella ya conocía parte del mundo sobrenatural, recién hoy se dio cuenta que tan desprotegida estaba, y que tan aterradores eran los seres sobrenaturales más poderosos del mundo.

Pero lo que más le sorprendía era que, a pesar de todo lo ocurrido, su sensei no perdía esa sonrisa que lo caracterizaba, y seguía dando esa sensación de seguridad que sintió desde el primer día que lo conoció.

Esto hacía que el corazón de la chica se sintiera cálido.

*Deslizar*

En ese momento la puerta de la habitación se abrió y Hana se asomó. Ella había sido mandada por Yuuma a ver si las dos personas a quienes había tratado ya estaban bien.

"¡Sensei, el nieto de la sacerdotisa y su amiga ya despertaron!... ¿eh? ¿Por qué tienes el rostro sonrojado Miko?" – la chica de cabello naranja exclamó al ver a su amiga.

"¡N-No sé a qué te refieres!" – Miko respondió rápidamente.

"Oh, entonces vayamos a verlos" – Yuuma se puso de pie tranquilamente y caminó hacia la puerta.

Mientras caminaba por diversos pasadizos, Yuuma iba revisando la pantalla de sus sistema, quien le estaba mostrando sus estadísticas actuales.

Y no es para menos, pues todo el dolor sufrido el día de hoy le trajo algunas ganancias.

*Ding, ding, ding*

[¡Mi señor, subió de nivel!]

[¡Mi señor, subió de nivel!]

[¡Mi señor, subió de nivel!]

[¡Cambió la naturaleza de su raza!]

Nombre: Miyamoto Yuuma

Edad: 23 años.

Profesión: Profesor de preparatoria.

Nivel: 34

Raza: Humano (79%) / Trascendente (21%)

HP:875 (1675) MP: 715(2015) Recuperación: 1 HP/MP cada 1 min.

Fuerza: 761(761) Agilidad: 362(362) Vitalidad: 1240 (1240) 

Inteligencia: 98(98) Percepción: 135(135) Fatiga: 45

Valor humano promedio: 10

Puntos adicionales: 360

[Acceso al espacio de almacenamiento ¡Aumentó de nivel! nivel 3 à4: Ahora podrás guardar objetos de tu mundo o de otros mundos dentro de un espacio personal del anfitrión. Capacidad 1000 metros cúbicos]

>Inventario:

[Objetos del sistema: Lapicero, Botas resistentes, guantes de cuero resistentes, Dagas asesinas, Cuerda super resistente, Glock 19 recargada, abrigo resistente al frio y la lluvia (x3), kit de supervivencia, binoculares militares]

[Objetos del espació de almacenamiento: 10 toneladas de oro, estatua Jizou atada a la maldición de Rango A 'Demonio de las mil lamentaciones']

'Humh… parece ser que el aumento del espacio de almacenamiento se debe al aumento del porcentaje como Trascendente ¿no es así sistema?'

[Afirmativo mi señor] – respondió el sistema – [mientras más se va adquiriendo su verdadera naturaleza, más va accediendo a sus verdaderas habilidades y todos los recursos que originalmente posee]

Yuuma asintió mentalmente ante la información que dio el sistema.

Pronto se enfrentaría a seres poderosos, no solo en este mundo, sino en todos esos a los cuales visitaría en el futuro. así mismo, sabía que habría muchos espíritus, fantasmas o espectros que le servirían como sus peones de batalla, por lo que necesitaría un espacio donde llevarlos a todos lados y que estén disponibles para la batalla en cualquier momento.

La maldición llamada 'Demonio de las mil lamentaciones' sería el primero de esos peones, y pronto se agregarían muchos más.

Después de darle una última ojeada a toda la nueva información frente suyo, ahora se concentró en las dos chicas que caminaban a su lado.

Yuuma estaba orgulloso que las dos chicas habían podido manifestar la energía vital y usarla para la fuerza cuando empujaron la puerta de la habitación principal.

¡Si bien esa fuerza no era algo digno de admirar, para unas chicas débiles como ellas, la fuerza que mostraron era casi el triple de su fuerza promedio!

Cuando Yuuma les preguntó como lo hicieron, ellas solo le dijeron que no pensaron mucho en ello, solo que expulsaron sus energías debido a que querían llegar rápido para ayudarlo luego de escuchar la fuerte explosión.

Luego de ello, cuando Yuuma se fue a otra habitación para descansar, fueron sus alumnas las que tuvieron que recostarse en el futón, pues casi habían agotado su energía interna.

No obstante, esto era algo más que suficiente para él, pues esto demostraba que las chicas tenían un gran futuro por delante.

Mientras pensaba en esto, llegaron frente a una puerta.

*Deslizar*

"¡Yuuma-san! Veo que ya estas mejor" – dentro de dicha habitación, Touko habló con gran animo al ver a nuestro protagonista.

"Jajaja, siempre lo estuve" – Yuuma respondió con tranquilidad a la anciana – "Por otro lado, veo que ya están mejor ustedes dos ¿Cómo están sus manos?"

Junto a Touko, estaban Keitaro y Eiko, quienes estaba sentados en unos sillones cada uno. Al lado de Eiko estaba Yayoi, quien aún sostenía su peluche de extraterrestre.

El nieto de la sacerdotisa se puso de pie y se agachó en señal de agradecimiento, lo que tomó por sorpresa a todos dentro la habitación.

"¡Yuuma-san, en verdad estoy agradecido por tu ayuda!" – el chico habló con una voz firme – "No pensé que luego de dos años, por fin podría librarme de esta maldición… pensé que mi vida había sido arruinada para siempre…pero gracias a ti, ahora podré comenzar de nuevo ¡Muchísimas gracias! ¡Hare lo que pueda para pagar este favor!"

"¡Kei-chan!" – Touko casi suelta unas lágrimas al escuchar a su nieto, pues ella volvió a ver la sonrisa de aquel muchacho, la cual había sido borrada por la maldición que sufrió hace dos años.

"Kei-kun…" – por otro lado, el rostro de Eiko mostraba una especie de sonrisa agradecida al escuchar las palabras dichas por Keitaro, pero sus ojos decían otra cosa.

Esos ojos mostraban una serie de emociones que, en palabras de Yuuma, eran muy, muy oscuras.

"No te preocupes, no fue algo difícil. Tampoco tienes que pagarme nada, pues tu abuela ya me prometió enseñarme todo lo que sabe sobre el sintoísmo como pago, no pediré más, así que relájate"

Yuuma se acercó y le dio una palmada en el hombro al muchacho.

"Señor profesor, quiero preguntarle algo" – de repente, la pequeña Yayoi habló.

"Pequeña señorita, ya te dije que me llames por mi nombre" – Yuuma respondió amenamente.

Yayoi se quedó en silencio por un momento.

"Mmm… Yuuma…. sensei… quiero preguntarte algo"

Keitaro alzó una ceja al escuchar a Yayoi hablar, pues técnicamente él era su sensei en estos momentos. No obstante no dijo nada ya que, en realidad, Yuuma también era un profesor.

"Dime, pequeña señorita" – Yuuma respondió.

"Keitaro… al ser quitada su maldición ¿Él ya no podrá ver ni presenciar nada que esté relacionado con los sobrenatural?"

Cuando la pequeña niña hizo la pregunta, todos los presentes se sorprendieron.

"En efecto, cuando arranqué esa maldición, las cosas sobrenaturales ya no los afectaran para nada, ahora son unos humanos normales"

Touko y Keitaro mostraron una señal de alivio al escuchar las palabras de Yuuma, pues esto era algo que ambos estaban buscando.

Eiko siguió mostrando una expresión tranquila en el exterior, pero por dentro las emociones negativas se arremolinaban más y más.

Yayoi, por el contrario, arrugó en entrecejo, pues todo esto cambiaba sus planes por completo.

¡Keitaro le había prometido que la ayudaría no solo a recolectar a los espíritus mas fuertes, sino que juntos vencerían al Dios a quien le habían declarado la guerra!

Pero ahora, con Keitaro perdiendo su habilidad para ver fantasmas o espíritus, las cosas se ponían difíciles.

Si bien esto no quería decir que él ya no seguiría junto a ellas en su búsqueda de seres sobrenaturales, el que haya tomado la primera oportunidad para librarse de las cosas sobrenaturales… ahora la pequeña Yayoi no sabía que pensar.

Yuuma, quien vio las emociones fluctuantes en el rostro de la niña, pensó en algo rápido.

"Pequeña señorita ¿puedo decirte algo?"

"¿Humh? Ah… si" – Yayoi respondió despistadamente.

"No sé qué es lo que ustedes hacían antes de venir aquí ¿puedes contarme algo al respecto? quizás pueda ayudarte"

"Esto… no creo que sea algo-"

"Si, por supuesto que podemos hacerlo Yayoi-chan ¿No lo crees? creo que ahora necesitamos toda la ayuda posible de gente que quiera comprometerse de verdad"

Antes de que Keitaro muestre su objeción, Eiko lo interrumpió y sin mirarlo le habló a su prima.

En estos momentos, si no fuera por su gran capacidad para enmascarar sus emociones, Eiko habría explotado contra Keitaro.

¡Ella estaba realmente dolida con la decisión de Keitaro con eliminar la maldición de ambos, la marca que los mantenía unidos, esa marca especial que los conectaba en un nivel que nadie podía entender!

¡Eiko creía que Keitaro había comprendido el valor en el ocultismo, ella estaba convencida que él también sentía esa necesidad y anhelo por lo sobrenatural!

¡Incluso cuando se habían declaro el uno por el otro, ella estaba segura que él poco a poco la aceptaría tal y como era en verdad!

¡Pero a la primera oportunidad, él decidió cortar esa conexión y librarse del mundo sobrenatural!

Ella estaba obsesionada con Keitaro desde que eran niños a un nivel casi enfermizo, siempre estaba atenta a cualquier cosa que el hiciera, dispuesta a engañar y manipular gente solo con el objetivo de mantenerlo a su lado.

¡Por ello es que Eiko no podía entender cómo es que Keitaro no comprendía la magnitud de sus acciones, pues lo único que logró al eliminar la maldición es alejarse de ella!

Mientras la mente de Eiko sufría con todos estos pensamientos, Yayoi contempló las palabras de su prima. Al ver que en la habitación solo había gente de confianza. Decidió contarlo.

No perdía nada al hacerlo. incluso si podía recibir la ayuda de alguien tan fuerte como Yuuma, sería algo realmente beneficioso.

"Bueno, te contaré mi historia"


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