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58.13% Si, bueno... este no es un buen mundo / Chapter 71: ALEGRÍA Y SUFRIMIENTO

Chapitre 71: ALEGRÍA Y SUFRIMIENTO

NA: Este capítulo es para conocer los efectos secundarios en las familias de los dos subordinados de Yuuma por su intervención en sus historias.

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[…En otras noticias, el ministro de justicia Mitsushide Kawaki anunció hoy por la mañana que se ha dispuesto de manera extraordinaria el allanamiento de las instalaciones principales de Shira corp como parte de las investigaciones que se están llevando a cabo debido a los recientes homicidios masivos y al destape de la red de abuso infantil más atroz de la que se tiene conocimiento en nuestro sociedad…]

"Joder, el mundo sí que está realmente jodido"

Mientras miraba las noticias sentada en su sofá, Mori Kanoko, la hermana mayor de Hiroki, murmuró con una ligera molestia en su voz. 

Ella, como una de las delincuentes más famosas de su escuela, sabía lo poco que hay que saber sobre qué tan jodido estaba el mundo en donde vivían. 

Desde pequeña, Kanoko siempre supo cómo es que algunos adultos se comportaban y actuaban. Ella se dio cuenta de cómo la miraban con esos ojos desagradables, como la hacían sentir enferma.

Por ello es que ella decidió volverse alguien a quien no podrían intimidar, formándose un nombre en la preparatoria, actuando rudamente frente a todos.

No obstante, Kanoko no actuaba como una delincuente solo por sus propios intereses, si no también para poder proteger a su familia. Desde que perdió a su padre a una temprana edad, ella se preocupó por su madre y, en especial, por su hermano menor.

Por ello es que sentía asco al ver noticias como esa, y secretamente se sentía contenta de que esos violadores hayan sufrido lo que sufrieron.

En eso, sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de su hermano.

"Si que hace demasiado calor eh" – Hiroki tenía una tolla en la cabeza mientras se secaba el cabello mojado y al mismo tiempo comía un pequeño helado – "¿Qué estás haciendo?"

"¡Oye, eso es mío!" – Kanoko bramó al ver que su hermano estaba comiéndose uno de sus helados favoritos.

"Estaba en la nevera y no tiene tu nombre, así que lo tomé" – Hiroki respondió con una mueca graciosa y se sentó en el sofá.

"¡Ya verás pequeño mocoso, te enseñare a respetar a tu hermana!" – Rapidamente, Kanoko sonrió y se abalanzó sobre su revoltoso hermano.

"¡Hey, nechan, que diablos haces!"

"¡Dándote una pequeña lección mocoso!"

Por un momento Kanoko se olvidó de lo que había visto en las noticias, centrándose en su pequeño hermano. Como hermana mayor ella quería mucho a su pequeño hermanito, a quien había protegido desde que era un niño.

Incluso una de las razones por las que ella se había vuelto una delincuente en la preparatoria era para evitar que los demás estudiantes le hicieran daño al revoltoso de su hermano.

"¡Kya!"

De repente, y para sorpresa de Kanoko, Hiroki la venció en fuerza y la tumbó sobre el sofá, sujetando sus manos sobre su cabeza con una de sus manos, mientras que en la otra tenía el helado.

Ella recostada sobre el sofá, y él encima de ella mientras la miraba con una ligera sorpresa en sus ojos.

¡Por un momento, Kanoko se quedó sorprendida, pues no creía que su hermano le haya ganado en fuerza!

A pesar de que Hiroki siempre se metía en problemas y muchas peleas, ella sabía que su hermano no tenía demasiado fuerza como para lograrla vencerla, motivo por el cual ella siempre lo intimidaba y lo molestaba de diferentes maneras.

¡No obstante, ahora, en verdad él la había dominado por completo!

"Vaya ¿Acaso quieres tomar ventaja sobre tu hermana mayor? Je, no creí que fueras así de pervertido Hiroki" – Kanoko sonrió mientras tratada de burlarse de su hermano – "Tal vez debería contarle a Nao que su amigo de la infancia es un pequeño pervertido"

Cuando Hiroki escuchó las primeras palabras de su hermana, se sintió un poco intimidado, pues ella siempre lo había molestado de esta manera.

No obstante, cuando ella menciono a la chica llamada Nao, su rostro pasó de mostrar sorpresa a mostrar un gran disgusto, cosa que fue notada por su hermana.

Lentamente, Hiroki soltó las manos de su hermana y se puso de pie.

"¿Qué pasa Hiroki? ¿Te peleaste con Nao?" – Kanoko se sentó en el mueble y preguntó sin hacer burlas, pues nunca había visto esa expresión en el rostro de su hermano menor.

Hiroki no respondió de inmediato, solo se quedó mirando las imágenes que se mostraban en la pantalla del televisor.

Si hubiera sido hace un día, él hubiera explotado de colera al recordar tolo lo que vio en el video que nuestro protagonista le mostró. No obstante, ahora, parecía que su mente estaba inusualmente más calmada que de costumbre.

Ahora, no solo recordaba esas horribles imágenes, sino también las palabras que su jefe le había dicho, la forma en cómo debía afrontar las cosas a partir de ahora.

"Nechan ¿sabes? Yo siempre creí que estaba haciendo bien las cosas cuando me metía en peleas, pensé que así me volvería fuerte para proteger mi familia, para cuidar de mamá y de ti… pero finalmente me di cuenta que ese era un pensamiento infantil" 

¡Kanoko se sorprendió al escuchar las palabras y la actitud de su hermano menor, pues era algo que nunca había visto antes!

"Hasta hace poco no sabía que el mundo era cruel, que incluso las personas en que más confiamos pueden traicionarnos… no sabía que eso era lo que significaba aprender a vivir"

"Hiroki…" – Kanoko sintió una punzada en el pecho al escuchar estas palabras, pues no tenía que ser demasiado inteligente como para darse cuenta de lo que significaba.

Nao había sido la amiga de Hiroki desde la infancia, siempre habían estado juntos, por lo que ella era la persona en la que más confiaba su hermano.

Pero ahora, él estaba diciendo que había sido traicionado… parece que algo grave sucedió entre los dos.

No obstante, lo que más impactaba a la chica era ver la forma como se comportaba, sin tartamudear y sin sonrojarse como siempre lo hacía, incluso las palabras que decía eran tan propias de un adulto más que de un muchacho de su edad.

Y solo en estos momentos, Kanoko se dio cuenta que su hermano había cambiado un poco a lo que solía ser siempre. Parecía que su altura había aumentado un poco, que su cuerpo había ganado algo de masa muscular.

"Pero hasta cierto punto lo agradezco, agradezco haber aprendido a vivir, aunque sea por las malas. Agradezco por haber encontrado la verdadera forma de esforzarme para protegerte y proteger a nuestra madre"

Hiroki se dio la vuelta y le regaló una buena sonrisa a su hermana, se acercó y le acarició suevamente el cabello a Kanoko, haciendo que la chica por primera vez se sonrojara un poco.

Pero al instante siguiente, los ojos de la chica se abrieron en shock cuando vio como Hiroki le puso en su boca el helado que había estado comiendo.

"Asi que, a partir de ahora, confía un poco más en mí, no quiero que me sigas viendo como un niño, claro que siempre seré tu hermano menor, pero quiero que tanto tu como nuestra madre me veas como a un hombre confiable en quien se puedas apoyar de ahora en adelante ¿sí?"

Hiroki volvió a sonreír y se dio media vuelta, dejando a su hermana sola en la sala, aun preguntándose qué diablos había pasado.

"¿Q-Qué diablos le pasó a este mocoso para que actuara así?"

¡Kanoko se quitó el helado de la boca y murmuró con vergüenza mientras un gran rubor cubría su rostro, pues se dio cuenta que con esta acción, ellos se habían dado un beso indirecto!

No obstante, sintió una cálida sensación al volver a recordar las palabras de su hermano y ver la forma tan madura como se había comportado, haciéndola sonreír inconscientemente.

"Tch… Hiroki, maldito mocoso, aunque eso sonó muy cursi… te viste genial… solo un poco"

Kanoko no le dio más vueltas y se puso a comer el helado, tratando de que el frío la ayudara a sobrellevar el sonrojo que aún tenía.

Sin que Kanoko lo supiera, en la puerta de la cocina su madre Kaede había escuchado todo lo que su hijo había dicho, por lo que sonreía dulcemente mientras sostenía sus manos sobre su pecho. 

Ella siempre estuvo preocupada por su hijo menor, pues él siempre se había metido en problemas. Incluso hasta hace unas semanas había sido lastimado por ello.

Sin embargo, ahora parecía que por fin había madurado, y eso la alegraba mucho.

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[…En otras noticias, el ministro de justicia Mitsushide Kawaki anunció hoy por la mañana que se ha dispuesto de manera extraordinaria el allanamiento de las instalaciones principales de Shira corp como parte de las investigaciones que se están llevando a cabo debido a los recientes homicidios masivos y al destape de la red de abuso infantil más atroz de la que se tiene conocimiento en nuestro sociedad…]

 En otra casa, tres mujeres estaban sentadas en un sofá. Una de ellas estaba terminado una llamada telefónica, mientras que las otras dos estaban atentas a las expresiones de la primera, aun cuando tenían el televisor prendido en la sección de noticias.

Estas tres mujeres eran Kyouka y sus dos hijas Yuika y Koharu, las tres mujeres de la familia Tachibana.

"Si… muchas gracias por su tiempo… adiós" – Kyouka terminó la llamada y colgó.

"¿Y? ¿Hay noticias sobre su paradero?" – Yuika preguntó inmediatamente, con gran expectativa en su rostro.

"No… me dijeron que hacen lo que pueden, pero siguen con las manos llenas con lo de los asesinatos" – Kyouka respondió con una visible tristeza en su rostro.

"Ya son cinco días que Yuu-chan se fue… en verdad lo extraño" – Koharu se llevó las manos al pecho y las apretó con fuerza mientras recordaba la tierna figura del chico a quien consideraba su hermano menor.

El ambiente en esta casa era muy deprimente, y no era para menos, pues las cosas que esta familia había vivido no eran para nada buenas.

Luego de que las tres mujeres leyeron la carta dejada por Yuukiteru, entraron en un estado de desesperación, dolor y culpa como nunca antes lo habían experimentado.

Ellas, quienes querían estar en los brazos de la persona más confiable, sintieron una punzada terrible en el pecho al saber que aquella persona las despreciaba por todo lo que hicieron.

Sin embargo, fue Kyouka la que se armó de valor y llamó a la policía local, quienes luego de una investigación y de revisar toda la evidencia encontrada en la posada, confirmaron que ese lugar era el centro de operaciones de una red de abuso sexual, por lo que dieron una orden de captura para las cuatro personas involucradas.

Gracias a la acción de Yuukiteru (Yuuma en realidad) de eliminar todo el material concerniente a ellas tres, no fueron incluidas en las investigaciones, y solo les agradecieron por hacer la denuncia, pues las tres mujeres solo dijeron que se habían topado con las cámaras ocultas.

No obstante, Kyouka puso una denuncia por desaparición en la policía, para que encontraran al muchacho que se había fugado. Así mismo, cuando regresaron a su hogar, pusieron otra denuncia por desaparición en la comisaría de su localidad, con la esperanza de encontrar la chico si es que había intentado regresar a su casa.

Pero luego del segundo y tercer día, ni había noticias sobre su paradero.

Esto hizo que la ansiedad y la culpa de las tres mujeres creciera más y más.

A pesar de que ellas descubrieron que habían sido drogadas con un afrodisiaco, se repudiaron por sen tan estúpidas e ingenuas al haber aceptado la invitación para recibir masajes sin la presencia de la persona a la que ella consideraban como su pareja.

Más aún, se repudiaron al recordar como esos desgraciados se burlaban del muchacho y ellas no decían nada para refutarlos.

Pero lo que más odiaban de ellas mismas es haber cedido a las acciones de esos hombres, olvidándose por completo de la persona que se suponían amaban.

Ellas podían echarle la culpa a la droga que ingirieron, pero sabían que solo sería poner excusas. 

Y lo que más las destrozaba, era que el chico a quien ellas querían ver, se había dado cuenta de todo ello al ver ese maldito video.

Ellas no podían imaginar lo que el chico debió sentir al verlas en esa maldita situación, pero sabían que debió ser muy doloroso, por ello es que decidió irse de su lado.

Solo ahora se dieron cuenta de lo que habían perdido por su propia estupidez.

Por ello es que llamaban todos los días a la estación de policía preguntando por noticias sobre el muchacho, pero solo recibían negativas.

Y su ansiedad y miedo subió por las nubes cuando el día de ayer se dieron a conocer la noticia más impactante y horrenda que jamás se había visto en el país.

¡El homicidio de más de cien criminales y violadores que conformaban una de las redes más horribles del pais!

Esto de por si no preocupó a las tres mujeres, pues luego de lo que pasaron, para ellas era un alivio que violadores como ellos mueran. Lo que en verdad las asuntó es pensar que su querido Yuu-kun estaría entre las víctimas.

Y es que, como aún seguía perdido, pensaban incluso en lo peor.

Es por ello que, ayer luego de ir a la policía para constatar la lista de fallecidos, sintieron un alivio momentáneo cuando no encontraron el nombre de Yuu-chan.

No obstante, la pena las volvió a invadir puesto que el muchacho seguía perdido.

Ellas querían verlo, querían abrazarlo, querían sentir la calma y el gusto que sentían cuando estaban a su lado. Querían decirle que lo sentían en verdad, que estaban realmente arrepentidas, querían decirle que harían lo que fuera por su perdón.

Ellas querían volver a su Yuu-chan.

Pero, al parecer, eso no sería posible el día de hoy.


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