Bertha intentó gritar y maldecir a Noah mientras el hechizo de Espadas de Sombra suprimía su voz, pero él no redujo las restricciones hasta que ella se cansó de ese proceso.
—Ahora te dejaré hablar —dijo Noah mientras colocaba su mano en su frente—. Debes haber comprendido ya que no puedes escapar de mi hechizo. No intentes hacer nada gracioso.
Algunas de las pequeñas cuchillas oscuras que fluían bajo su piel salieron de su garganta y reforzaron los bloqueos en sus centros de poder. Bertha se encontró capaz de hablar de nuevo, y sus primeras palabras fueron una amenaza enviada a su guardián.
—Morirás de una muerte horrible en cuanto la Ciudad de Cristal ponga sus manos sobre ti —dijo Bertha mientras rechinaba los dientes de ira—. Tu mente sufrirá tantas torturas que terminarás suplicándonos que te matemos.