—El Rey Elbas no entendía esas palabras, pero el aura de Noah se intensificó después de que terminara su línea. Su nitidez se volvió tan intensa que grietas se abrieron en el tejido del cielo incluso si él no se movía.
—Noah todavía empuñaba la Espada Demoníaca frente a su cara, y el mundo oscuro restante fluía dentro de la hoja mientras se concentraba en las imágenes del corte final del Santo de la Espada.
—Necesitaba todo lo que pudiera reunir para realizar esa técnica. El corte final del Santo de la Espada no era algo que perteneciera a su camino, por lo que usó toda la energía dentro de sus centros de poder para replicarlo.
—El Rey Elbas podía adivinar vagamente lo que estaba sucediendo, pero no mostraba ningún miedo. Su condición era un lío, pero ya había aceptado sacrificar parte de sí mismo para ganar esa guerra.