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—Me voy a casar.
La voz de Rong Rong estaba llena de satisfacción y emoción.
—Shen Ruojing se detuvo un momento y luego preguntó:
—¿Con el Dr. Xu?
—Mm-hmm.
—Felicidades. Pensando en el Dr. Xu, quien siempre la hacía sentir incómoda, Shen Ruojing no pudo evitar preguntar:
—Hermana Rong, ¿eres feliz?
—Rong Rong se rió. —Pequeña Jing, no te preocupes, soy muy feliz.
Ella estaba verdaderamente muy feliz.
Durante este tiempo, el Dr. Xu había estado cuidando de ella, incluso llevándola al lugar donde solían ir a la escuela juntos, recordándole muchos buenos recuerdos.
El Dr. Xu decía que a Rong Rong le encantaba jugar baloncesto y era la diosa del equipo de baloncesto de la escuela.
A menudo, la observaba desde las gradas en secreto.
También mencionó que solía poner una botella de leche en su cajón todos los días... pero tenía demasiado miedo para admitirlo.
Fue el enamoramiento más sincero de sus años de escuela secundaria.