—Lincoln, ¿por qué estás gritando aquí? ¿Estás tratando de asustarme hasta la muerte? ¿No eres tú también conocido como el médico divino de la generación actual? ¿Por qué no puedes resolver este problema? —Yusuf lo miró con descontento.
—No lo merezco, realmente no lo merezco. Este título de médico divino definitivamente no es mío. —Esta frase impactó tanto a Yusuf que no supo qué decir.
Al ver que su expresión había vuelto a la normalidad, Sharon hizo un gesto casual hacia él y le dijo a Yusuf:
—Ya estás bien. Si no hay nada más, me voy.
Sharon no quería perder más tiempo, pero Yusuf la detuvo rápidamente. —¡No! Señorita, espere!