PERSPECTIVA DE IVÁN
Recorría el pasillo del castillo, mis pasos resonando contra las paredes de piedra. El sol se estaba poniendo, proyectando largas sombras sobre el suelo. Mi corazón se aceleraba preocupado mientras miraba las puertas cerradas, esperando a que Arianne regresara. Ya debería haber vuelto.
Mis amigos intentaron tranquilizarme, diciéndome que me calmara y que probablemente estaba retenida por algo. Pero no podía apartar el sentimiento de pavor que me roía. Arianne nunca había llegado tan tarde, incluso cuando discutimos y peleamos se suponía que ya hubiera vuelto.
Pasé una mano por mi pelo, mi ansiedad crecía con cada minuto que pasaba. ¿Y si le había pasado algo? ¿Y si estaba en problemas? Los pensamientos se atropellaban en mi mente, dificultándome concentrarme en cualquier otra cosa.
—Vale, necesitas parar, ¡me estás poniendo muy ansioso también! —dijo Harald mientras yo seguía caminando de un lado a otro.