—¡No!
Me quedé paralizado de horror mientras veía desplegarse la escena ante mí. Todo pasaba en cámara lenta mientras veía a Caeden caer sobre la cama, su rostro torcido de dolor mientras las pulseras de la condena eran colocadas en sus muñecas. «No, no, no», pensaba, mi corazón latiendo fuerte en mi pecho mientras intentaba moverme hacia él para retirarlas, pero Ivan me sostenía firmemente, sujetándome.
—¡No! —grité más fuerte mientras luchaba contra el firme agarre de Ivan, reteniéndome.
Lágrimas brotaron de mis ojos al ver a Caeden tendido en la cama, exhausto y derrotado. Podía ver la desesperación en sus ojos, el miedo de lo que estaba por venir. Quería correr hacia él, abrazarlo fuerte y protegerlo del cruel destino que le esperaba, pero los fuertes brazos de mi Ivan me mantenían restringida mientras Tag'arkh me observaba con una mirada de lástima.