"Un sollozo escapó de mis labios cuando mis piernas cedieron y caí al suelo. Las lágrimas corrieron por mis ojos mientras apretaba las cartas contra mi pecho que sentía como si se estuviera rompiendo de nuevo. De repente, todo tenía un sentido perfecto. Finalmente podía entenderlo, finalmente entendía todo. Un año había pasado y no pude encontrar a la persona que la asesinó, los meses pasaron y no pude encontrar a la persona que asesinó a Cruzita. ¡La mujer que se preocupó lo suficiente para cuidar de mí, la mujer que deseaba ser una figura maternal en mi vida, la mujer que estaba dispuesta a arriesgarlo todo solo para que yo estuviera a salvo! Estaba dispuesta a sacrificarse, no, se sacrificó solo para que yo estuviera a salvo.