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—No lo haré —dijo Chantel confiada después de un momento de silencio.
Sabía que si cedía esta vez, tendría que ceder la próxima.
—¿No tienes miedo de que los Lis lo descubran? —preguntó Gillian furiosa.
—Si los Lis se niegan a aceptarme, entonces Jean y yo no debemos estar destinados a estar juntos. Nunca me echaré atrás por ti, así que puedes decirles a los Lis lo que quieras. No me voy a dejar amenazar por ti.
Gillian nunca imaginó que Chantel sería tan firme. Incluso después de ser amenazada de esa manera, no se vio afectada. ¿De qué estaba hecha su corazón?
—Bien, tú lo dijiste. ¡No me culpes por ser despiadada!
Chantel miró a Gillian fríamente antes de darse vuelta y salir. Estaba firme sin rastro de vacilación.
Gillian se sentó en su silla decepcionada. ¿Por qué era Chantel tan desobediente? Puesto que ese era el caso, no había razón para ella de considerar su relación.
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