Por la noche, llamo a Shi y Song. Les he pedido a las chicas que hagan grupos de dos.
–¿Y bien? ¿Cuál es la razón pervertida por la que tenemos que venir de dos en dos?– me acusa Song. Aunque se acerca desnuda y seductora.
–Espero que valga la pena– medio ríe Shi, también seductora.
–Seguro que os gustará– les aseguro.
Me las quedo mirando. Veo que sus ojos se abren más y más. Incrédulas.
––¿Y bien? ¿Vale la pena?–– digo a la vez que mi otro yo.
La técnica que apareció en el Almacén tras llegar al reino del Alma se llama Multiplicación. Me permite duplicarme, pero tiene limitaciones. Al dividirme, mi poder se divide. El problema es que no puede estar por debajo del reino del Alma.
Por ello, no he podido usarlo hasta ahora. Estando en la etapa dos, puedo dividirme en dos de la etapa uno. Se supone que en la tres podré dividirme en dos de la dos. Y luego, cada uno en dos de la uno. Hasta un total de cuatro.
Estuve haciendo cálculos, y me sorprendió. En la etapa nueve, podría tener 256 copias de mí mismo. Con llegar a la cinco, sería suficiente para estar con todas a la vez.
–¿Dos Kongs?– se sorprende Song.
–¿Uno para cada una?– también se sorprende Shi.
–Esa es la idea– me acercó a Shi, la abrazo y la beso.
–¿O quieres dos para ti?– provoco a Song, también abrazándola y besándola.
Se dejan besar. Aún incrédulas. Aunque enseguida reaccionan.
–Mmm. Eres más flojo. ¿Estás seguro de que aguantarás?– me provoca Song.
–Tenemos que probar hasta donde llega– amenaza Shi.
Acaban las dos cabalgándome. Muy apasionadas. A veces, incluso besan a mi otro yo.
–Je, je. Me gustaría ver la cara que ponen Yi y Yu– se ríe Shi un rato después, recostada sobre mí.
–¿No podemos espiar?– propone Song –¡Ay!
–No seas mala– la regaño, después de una palmada en su trasero. Me gano un mordisco.
–Las tendremos que interrogar luego– añade Shi.
–Será divertido– ríe Song.
La verdad es que no sé a qué se refieren. Pero, si no me lo han dicho, no lo harán aunque pregunte.
—————
Las acabo devolviendo un rato después. Dado que las he follado a la vez, nos podemos permitir estar más tiempo juntos. Prometen no decir nada. De hecho, se quedan charlando en una habitación grande que hice para ellas. Han pedido que las envíe a todas allí cuando acaben.
Las siguientes son Liang y Ma Lang. Tan sorprendidas como las primeras. Se dejan follar a cuatro patas. A Ma Lang le encanta. Y Liang le ha seguido el juego.
Sin duda, poder follarlas a las dos a la vez resulta delicioso. También comentan algo de las gemelas. Aunque tampoco me quieren decir el qué. Bueno, son las siguientes. A ver si lo aclaro.
Las llamo. Su reacción es más exagerada que las demás. Se cogen de la mano.
–¿Dos Kongs? ¿Cómo?– pregunta Yu, sin acabar de creérselo.
–Es una nueva técnica. Me puedo dividir.
Ellas se miran. Parecen realmente emocionadas. No entiendo nada.
–¿Qué pasa?– pregunto, extrañado.
Dudan un momento. Finalmente, Yi me lo explica.
–Nosotras… Siempre, de niñas… Bueno… Habíamos soñado en casarnos juntas con dos gemelos como nosotras. Teníamos fantasías de hacerlo juntas…– confiesa, bastante roja.
–Era solo una fantasía. Cuanto te conocimos, la olvidamos… Pero ahora… ¿Te importa si decidimos nosotras cómo…?– pide Yu.
–Claro. Lo que quieran mis preciosas gemelas– les aseguro, conmovido.
Las otras chicas lo sabían. Nunca me lo habían dicho a mí. Supongo que para no hacerme sentir culpable. Por no poder cumplir su fantasía. ¿Qué hacen? ¿Piedra, papel, tijeras? Ha ganado Yu. Está entusiasmada. Yi hace pucheros.
–¿Mañana podemos hacerlo así también?– quiere saber Yi.
–Siempre que queráis– le aseguro.
Solo entonces sonríe. Las dos se sientan sobre mí. Nos besamos los cuatro durante un rato. Ellas y mis dos yos. Acabamos follando en esta misma posición. La favorita de Yu. ¿Eso es lo que ha ganado?
Son realmente apasionadas. Más incluso de lo habitual. Prácticamente, no sueltan mis labios. Una mano de cada una deja de sobar mi espalda. Incluso mis nalgas. Curiosamente, todo el rato agarradas de la otra mano. Resulta excitante hacérselo a las dos gemelas a la vez. Y delicioso tenerlas junto a mí después. Cada una abrazada a uno de mis yos. Parecen realmente satisfechas. Sonríen mucho.
Cuando las devuelvo, no sé que les dicen las otras. Se ponen bastante rojas. Pero se las ve muy animadas. No puedo mirar mucho más. Shun y Hong están esperando. Y las sorprendo tanto como a las demás.
–Ah, pervertido, deja de beber su leche. ¡Aaah! Tampoco la mía ¡Aaaaaaahh!
–¡Dos Kongs es demasiado! ¡Noooo!
Juego un rato con ellas. A veces dos yos contra una. Ellas se quejan. Entre gemidos. Sin demasiada convicción.
Acaban siendo folladas una sobre la otra. Shun sobre la cama, bocarriba. Hong a cuatro patas. Mirando hacia el otro lado. Me acusan varias veces más de pervertido. Aunque no es que se hayan resistido mucho.
Wan y Ning también se sorprenden. Aunque quizás son las más rápidas en reaccionar. Sobre todo Ning.
–¿Podré tener dos Kongs para mí? ¿Por los dos agujeros a la vez? ¡Porfa!– me pide.
La muy pervertida… Lo peor es que Wan se sonroja. Creo que se lo ha imaginado. Y no parece disgustarle la idea. Ning es una mala influencia.
–Me lo pensaré. Si te lo mereces.
Bueno. Al menos ahora me será fácil tenerla diligente durante un tiempo. Y, la verdad, resulta tentador follarla con dos yos a la vez. Por ahora, las follo como a Shun y Hong. Con la diferencia que están lamiéndose el clítoris la una a la otra mientras lo hago. Sin duda, Ning ha corrompido a Wan. Me niego a admitir que yo haya colaborado.
Rui y Bronceada van juntas. Las dos tan sorprendidas como admiradas. Las dos a cuatro patas. Obedientes. Estrechas. Ardientes.
A Hai le tocaría sola. Así que llamo también A Rong. Las follo a las dos de pie. Alzándolas. De espaldas a mí. Sus piernas dobladas. Expuestas. Hai especialmente excitada. Suponía que se pondría así. Le excita ser vista por mí cuando mi otro yo la folla.
Rong no sé qué piensa. Pero resulta muy erótica. Puedo ver como sus enormes pechos rebotan exageradamente mientras mi otro yo la folla. Y yo me entretengo con Hai. Sin duda, ha sido una noche memorable.
Shi, Song, Liang y Ma Lang acaban durmiendo conmigo. Un yo para cada dos. Han dicho que quieren comprobar si aguanto toda la noche. Creo que es una excusa. Pero me está bien.
Cada copia de mí es independiente. Mis recuerdos se mezclan cuando me vuelvo a unir. Lo he comprobado de nuevo después de follarlas a todas. No me importa volver a dividirme y disfrutar de la calidez de las cuatro.
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Al día siguiente, dos yos tienen que lidiar con cuatro de ellas. Luego, las gemelas piden ser folladas a cuatro patas. La posición preferida de Yi. La verdad es que lo imaginaba. Resulta de lo más excitante.
Respecto a las demás, hay algunos cambios de parejas. Como Hong y Bronceadas juntas. Resultan bastante eróticas. Casi como madre e hija.
La mayor ventaja es que les puedo dedicar más tiempo a cada una. Eso me hace sentir menos culpable. Y sé que será mejor en el futuro.
No tengo aún muy claro si me sirve para entrenar dos técnicas a la vez. Lo que sí está claro es que tengo la mitad de qi en cada yo.
Las chicas se han quejado un poco de que lo guardara en secreto. Aunque, en general, se han mostrado entusiasmadas. No siempre por los mismos motivos.
–Cuando haya más Kongs, podremos tener más hermanas sin problemas– ha comentado Liang.
–Eso… Tú anímale– ha criticado Song.
–Podremos entrenarlo más y al mismo nivel– ha amenazado Shi.
–Muchos Kongs para mí…– ha murmurado Ning en otro momento. Se le caía la baba.
–Kong mirándome mientras Kong me folla– también ha dicho Hai, mi exhibicionista.
La verdad es que no acabo de tener claro las limitaciones de la técnica. Me siento algo más denso cuando me divido. Pero no sé si es temporal.
Lo mejor es que puedo mejorar mi cultivación igualmente. Aunque mi cultivación baja, mi qis en la etapa dos y tres siguen allí. Divididos en mis dos yos. Mi dantian sí que está una etapa más baja. Así que es equivalente a usar el dantian falso.
Si absorbo qi, lo conservo cuando mis yos se vuelvan unir. Si avanzo en el mar de qi, el avance se retiene. Aunque tengo que avanzar en los dos yos para que sea completo. Si no, se pierde parte.
Me gustaría hacer más pruebas, pero tengo una cita hoy. Mañana empieza el torneo, y esta vez sí que tengo que participar.
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Ye Bi, Yan Xiulan, Fen Huan y yo nos hemos citado para entrenar. Como última preparación antes del torneo. Bei Liu, Bi Lang y Pen han venido a mirar. O a armar jaleo. No lo tengo claro.
Ni Ye Bi ni Yan Xiulan tienen mucho interés en el torneo. Pero al menos, no quieren hacerlo demasiado mal. En especial nuestra joyera. El anterior fue muy deprimente para ella.
Así que entrena un rato conmigo. Probando su coordinación, su dominio del qi, enlazar los golpes. Estaba un poco extraña al principio, hasta que hemos empezado el entrenamiento. Ignoramos los ánimos a su favor y en contra mía.
Luego entreno con Fen Huan. Confirmo que ya estoy al nivel de antes de tener que convertir el qi. Puede que incluso un poco mejor.
Cuando les toca a Fen Huan y Ye Bi, me sorprende que mis pervertidas estén intentando convencer a Yan Xiulan.
–Deberías probar un rato con Huan'er. Solo para ver cómo va– insiste Bei Liu.
–Es diferente a Kong. Así pruebas con otro tipo de adversarios– la apoya Bi Lang.
–¿No estará cansada?– se preocupa nuestra joyera.
–No demasiado. Tiene dos etapas más que tú, y es muy hábil. Solo será un rato.
Así que, cuando acaban, Yan Xiulan va a practicar con Fen Huan. Esta no pone ningún problema. Incluso me da la impresión que lo estaba esperando. ¿Están tramando algo? Quiero preguntar, pero no me dan tiempo.
–¿Qué has hecho con Yan Xiulan?– me interroga de repente Bei Liu.
–¿Eh? ¿Qué quieres decir?– me siento confuso.
Vale que estaba un poco extraña al principio. Pero no es que hayamos hecho nada.
–¡Confiesa! ¿Qué ha pasado entre vosotros desde la última vez?– insiste Bi Lang.
–Nada especial– niego.
–¿Qué significa "nada especial"? A ver, cuéntanoslo todo– interviene Ye Bi.
Suspiro. No sé a qué viene esto.
–Solo fui con ella a darles las joyas a Tai Feng y Yawen. Los separamos. Ella le dio a Yawen la de Tai Feng, y yo a Tai Feng la de Yawen.
–¿Seguro que no hay nada más?– me mira fijamente Pen.
–No paso casi nada más. Bueno, hubo un compañero de su facción que le preguntó que hacía conmigo. Pero solo fue un momento. No paso nada– aseguro.
–¿Nada? Explica exactamente qué hiciste– insiste Pen.
Suspiro. No sé qué pasa. Aunque tampoco es ningún secreto.
–No hice nada. Le dije que no le importaba. Ella dijo que yo era su amigo. La acompañé a su cabaña. La solté. Le di ánimos para el torneo. Nada más– intento recordar.
–¿La soltaste?– se extraña Bi Lang.
–Sí, bueno… Íbamos de la mano…
Tampoco es que sea tan importante. No es la primera vez.
–¿Desde cuándo?– exige saber Bei Liu.
–Mmm. Cuando apareció ese compañero suyo. Me molestó un poco. Recuerdo cogerla de la mano entonces…– hago memoria.
–Ains… Creo que está claro…– suspira Ye Bi.
–Así que era eso– suspira también Pen.
Las miro. No sé qué pasa. Ellas se ríen de mí.
–Todo es culpa tuya– ríe Bi Lang.
–¿Qué ha pasado?– pregunto. Sigo sin acabar de entenderlo.
–¿No te has dado cuenta de que estaba más tímida de lo normal?– me medio acusa Bei Liu.
–Bueno… Quizás un poco… Pero no es la primera vez– me defiendo.
–¡Claro que no es la primera! ¡Y todas culpa tuya! ¡Ja, ja!– se ríe Pen.
¿Quiere decir que lo de lo del otro día…? Quizás fui un poco sobreprotector aunque… Vamos, no hay para tanto. No es que estuviera celoso. ¿O sí?
Me giro y las ignoro. Me centro en el combate. Ellas se ríen. La próxima vez, no les digo nada.
Al menos, Ye Bi me ha dado los talismanes de las gemelas. Ha conseguido hacer uno y medio. El primer par no le quedó bien, pero puede servir como práctica. El segundo cree que está bien. Aunque me ha pedido que le dé los detalles de los resultados cuando lo usen. Es la primera vez que hace un par de este tipo. Supongo que no hay muchas gemelas.
También me ha conseguido unos pocos para la etapa uno y dos. Le pregunté dónde era mejor comprarlos, y se ofreció a conseguírmelos. El precio no es caro. Ha sido muy amable por su parte.