Después de escuchar las palabras de Jaden, Connor también alzó la cabeza y echó un vistazo a la bella mujer sentada frente a él.
La mujer llevaba unas grandes gafas de sol negras que casi cubrían la mitad de su cara, pero no podían ocultar su deslumbrante belleza. Su delicada y justa cara se reveló, y su esbelto cuello de cisne se veía aún más hermoso contra su abrigo.
Aunque Connor no podía ver claramente la apariencia de la mujer, podía decir por su temperamento que definitivamente era una belleza rara.
En ese momento, parecía que la mujer también notó que él y los demás la miraban. Subconscientemente, se giró hacia un lado y continuó jugando con su teléfono, sin mostrar ninguna intención de comer en absoluto.
—También siento que me resulta un poco familiar... —Después de dudar un momento, Tobías habló suavemente.