Al suroeste del Distrito de Haidian, minutos antes de estalló por completo la guerra entre la facción de la Legión Lanza Sangrienta liderada por Bai Zemin y la Legión del Viento Veloz liderada por Shao Tao.
Chen He se detuvo en medio del camino y el ejército detrás de él se detuvo al ver al Tigre de Llama Rugiente en el que montaba llegar a un alto abrupto.
No había grandes cantidades de enemigos, ni se veía un abismo imposible de cruzar... Solo había un hombre de pie solo, con la nieve blanca pura como su única compañera.
Cabello plateado oscuro casi bordeando ceniza, ojos que coincidían con su cabello, un cuerpo delgado acompañado de un rostro tan guapo que incluso Chen He tenía que admitir la derrota en su corazón.
—Debo decir que esto es una sorpresa —dijo el hombre.