—Ahí en la vacía oscuridad del vacío... algo aún más oscuro se cernía, oculto de la luz radiante del océano de llamas arriba.
—Sunny miró la lejana silueta negra y tembló.
—...¿Qué diablos? ¿Qué hace aquí?
—Lejos debajo de él, una pequeña isla cortada de piedra oscura flotaba en el vacío interminable, rodeada de fragmentos de obsidiana destrozada. En su centro se alzaba una pagoda alta y magnífica, construida con un material impecablemente negro que no era ni madera ni piedra. Sus paredes sin brillo parecían devorar cualquier luz que las tocara...
—Era la réplica perfecta de la Torre de Marfil... pero al mismo tiempo su opuesto. Las dos pagodas eran tan parecidas que, por un momento, Sunny incluso pensó que de alguna manera se había encontrado en lo alto del Cielo Arriba.
—Pero no.