Le estaba diciendo que no lo dudara. Así que mantuvo la calma y siguió fumando.
Guillermo estaba a punto de decir algo cuando los ojos de Edward se movieron.
Guillermo cambió instantáneamente su compostura. —La próxima vez, te daré una antigüedad de Sozin. Puedes volver y mostrársela al anciano. Si le gusta, es suyo.
—Permíteme agradecerte en nombre de mi padre, entonces.
—No hay de qué —Guillermo era cálido y educado.
En ese momento, Stacey apareció al lado de Guillermo, sujetándole cariñosamente el brazo. —Guillermo, ¿de qué estás hablando con Edward? Has estado fuera mucho tiempo.
—Cuarto Maestro me preguntó por una antigüedad, diciendo que al Viejo Maestro Swan le gustaría. Estoy ayudándole a conseguirla.
—Siento haberte causado molestias, Guillermo —Edward expresó su gratitud.
—No es ninguna molestia —Guillermo sonrió.
Apagó su cigarrillo y dijo, —Te avisaré cuando tenga noticias de ellos.
—De acuerdo.
—Entonces, entremos.