—Sin embargo, Finn desapareció durante dos horas —Susurró el narrador.
Fijamente, los ojos de Jeanne se estrecharon bruscamente.
En realidad, cuando Kingsley llamó para decirle que Edward había dejado al descendiente de los Duncans en la Ciudad de South Hampton y le indicó que lo localizara, ella estaba bastante desconcertada. ¿Cómo se suponía que iba a dar con esa persona? ¿Cómo iba a confirmar la identidad de esa persona con Edward al acecho?
Resultó que sus preocupaciones tenían fundamento.
En el mejor de los casos, desde que Edward volvió, no había logrado encontrar ningún indicio de esa persona en los dos días transcurridos.
Mientras tanto, también temía que sus acciones cautivas fueran demasiado obvias y que Edward sospechara.
Independientemente, quizá el mismo Edward ya conociera la identidad de ese individuo.
Dado que él sabía quién era, no le permitiría descubrir ninguna fisura en su defensa.