Fue una lástima que ella no lo apreciara.
Sin siquiera pestañear mirando a Jenifer, le dijo a Elaine:
—Hermana, si recuerdo correctamente, acabas de decir que si yo tuviera el hijo de Edward, creerías que no tuve nada que ver con el aborto espontáneo de Jasmine.
Elaine miró ferozmente a Jeanne.
Luego, abrió la boca pero no supo qué decir. Dijo en un tono malo:
—¡Dilo de una vez!
—Hermana, espero que puedas responderme directamente —Jeanne la obligó a responder.
La expresión de Elaine era espantosa.
Sin embargo, Jeanne tampoco le dio a Elaine una salida. Se limitó a mirarla fijamente y esperó su respuesta.
Nadie había forzado la mano de Elaine hasta tal extremo.
No solo la chica la humilló en la reunión de la alta dirección ayer, sino también frente a tantos Cisnes hoy.
Cuanto más decía ella hasta ahora, más avergonzada estaba ahora.
Apretó los dientes. —¡Sí, creo que el aborto espontáneo de Jasmine no tiene nada que ver contigo!