—El aliento de Ella se atascó en su garganta mientras se congelaba, su corazón latiendo en terror —dijo ella—. Sabía que no podía volverse atrás ahora; tenía que encontrar una manera de cruzar.
Con un estallido de coraje, Ella se lanzó hacia adelante, sus manos buscando cualquier agarre que pudiera encontrar. Sintió su cuerpo deslizarse hacia el borde, sus dedos arañando la rugosa corteza de un árbol. Su corazón estaba en su boca mientras colgaba suspendida, sus piernas balanceándose en el aire.
Pero Ella se negó a rendirse. Convocando toda su fuerza, se izó hacia arriba, sus brazos forzándose mientras se jalaba de vuelta desde el precipicio. Se desplomó en el suelo, su cuerpo temblando de alivio.